Luego del 2,5% de agosto, una serie de aumentos de precios estacionales y regulados volvieron a ubicar al IPC cerca de su nivel previo; cuál es la preocupación oficial y la previsión de los analistas privados.
Tras el breve respiro de agosto, el Gobierno prevé que la inflación vuelva a ubicarse en torno del 3% este mes, por lo que en el último año habrá rozado el 52%.
Fuentes oficiales indicaron que la cifra se ubicará por encima del 2,5% de agosto por la suba de algunos precios regulados y estacionales.
Así, volvería a rondar el 3% este mes, comentó un funcionario especialmente preocupado porque la inflación núcleo no cedió hasta ahora.
Este mes se produjo un combo entre los precios de la medicina prepaga, el aumento a las empleadas domésticas, los textiles -por el cambio de temporada- y alimentos, que volvieron a tomar impulso. La respuesta del Gobierno, una vez más, ha sido convocar a los empresarios en vez de revisar las causas de estos incrementos.
La fuente señaló que de ahora a fin de año este número mensual se repetirá con leves matices y luego de las elecciones habrá que ver qué ocurre con la inflación reprimida, tal como se observa con la lenta devaluación del tipo de cambio oficial.
Entre las consultoras que miden los precios en forma privada, la proyección para septiembre se ubica en el 2,8% por ciento, según indicaron.
Al respecto, Sebastián Menescaldi, director de ECO GO, dijo que “el dato de inflación de septiembre se ubicaría en 2,9%; esto se debe a una presión de los precios estacionales (indumentaria) y regulados (prepagas, colegios, cigarrillos) que compensan la desaceleración de la inflación núcleo (incluye alimentos)”. Con este dato, la inflación anualizada de alimentos alcanzaría al 60% y en textiles al 70 por ciento.
De este modo, explicó el economista, con el 3% de septiembre la inflación habría sumado 36,2% en nueve meses -frente a la meta recientemente revisada del 45,1% para todo el año por el ministro Martín Guzmán- y del 51,7% en los últimos doce meses.El déficit fiscal obliga al Tesoro a que el BCRA emita más dinero
Menescaldi señaló que “la emisión monetaria, la caída de las reservas netas y la falta de anclaje de las expectativas dificultan esperar una desinflación mayor; seguimos esperando un aumento de la inflación 2,8% mensual promedio hasta fin de año”.
En tanto, el director de LCG, Guido Lorenzo, prevé que se ubique “entre 3 y 3,5 por ciento; el núcleo del mes pasado siguió por encima del 3 por ciento”. Así, LCG estima que la inflación anualizada llegaría al 51,9 por ciento.La proyección de la inflación de este mes fuente: ECO GO
Andrés Borenstein, economista asociado de Econviews, coincidió en pronosticar un 3 por ciento para este mes, mientras que Cynthia Moskovits de FIEL y Camilo Tiscornia apostaron a un 2,5 por ciento cada uno.
Por su parte, el economista Claudio Caprarulo de Analytica dijo que la consultora de Ricardo Delgado proyecta “un aumento de precios de 2,7% durante septiembre; es un mes donde las frutas y verduras tienen fuertes aumentos y eso impulsa la categoría de precios estacionales”. En cambio, “por la política de atraso de tarifas y tipo de cambio, la inflación de precios regulados y núcleo actúa como ancla para el nivel general”.
“El dato que preocupa es la inflación de precios del productor, que forman parte de la medición de precios mayoristas: en agosto se ubicó en 2,8%, mientras en julio y junio promedió 1,9%. Ese salto confirma lo que venimos señalando de una inflación minorista que tiene un piso muy alto en 2,5 por ciento”, advirtió.
Para este año, Analytica prevé una suba de los precios del 46,2% y para 2022 del 40,7%, frente al 33% estimado por Guzmán en el presupuesto nacional 2022. El promedio de los analistas consultados por el Banco Central se ubica en el 43,1% para el año próximo y en el 36,3% para 2023; en tanto, en el último informe de FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus, los analistas pronosticaron 49% para este año -aunque UBS se estiró al 54,9%- y 42,7% para 2022, con un pico de 52,1% según el estudio de Ferreres & Asociados, lo que llevará a que la Argentina mantenga su lugar entre los países con más inflación del mundo.