De los mapuches a las internas: el Gobierno se genera costos y expone falta de sintonía política

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Puso en crisis la relación con Río Negro, gobernada por una fuerza con la que hizo alianzas y necesita en el Senado. Y tuvo malos resultados en la visita de Presidente a Chubut. En los dos casos, parece un reflejo electoral del desgaste de poder que producen las disputas domésticas

Tomado por internas que una franja del kirchnerismo duro imagina como pulseadas ideológicas, el Gobierno quedó atrapado en un camino costoso en muchos sentidos frente al conflicto grave y creciente generado en el Sur por grupos violentos que se reivindican mapuches. Se podría discutir históricamente la definición de originarios y con menos pretensiones algunos intereses materiales. Pero hay cuentas más chicas y que preocupan seriamente al oficialismo: la elección legislativa y, en particular, el futuro del Senado.

Alberto Fernández estuvo esta semana en Chubut y registró señales que no esperaba. Hubo gestos de contrariedad en la comitiva de ministros. El reclamo de un intendente dejó en claro que la supervivencia de los jefes locales -algo con registro evidente en el Gran Buenos Aires- asoma como objetivo a veces contradictorio con las estrategias nacionales. Se mostró como víctima del poder central frente a una puesta en escena que buscaba transmitir federalismo. Y en paralelo, el rechazo a la posición oficial frente al caso de Facundo Jones Huala, preso en Chile, fue expresada por un candidato a senador de la fracturada oferta peronista, a contramano de la intención nacional de sacarlo de carrera.

Chubut, al igual que La Pampa y Santa Fe, alimenta el temor a la pérdida de la mayoría propia en el Senado, base institucional de Cristina Fernández de Kirchner. Si se repiten o agrandan las cifras de las PASO -con triunfos de Juntos por el Cambio-, los resultados en esas tres provincias le harían perder al Frente de Todos el dominio automático de la Cámara alta. De los restantes distritos que renuevan bancas de senadores, en tres el oficialismo da por perdida la batalla (Córdoba, Mendoza y Corrientes) y en otros dos espera repetir los números ganadores de las primarias (Tucumán y Catamarca).

Ese explica la importancia de la visita del Presidente a Chubut, una provincia con gestión cuestionada y gobernador, Mariano Arcioni, de buen vínculo con Sergio Massa pero no de respuesta automática frente a los planes nacionales. En la provincia, las PASO dejaron un mal sabor al oficialismo y repusieron un deseo. El resultado: la suma de JxC rozó el 40%, segundo quedó el FdeT con 26 puntos, y tercero el candidato del jefe provincial y ministro de Seguridad, Federico Massoni, con 13,5. El deseo, frustrado: bajar la lista de Massoni para fortalecer la oferta del FdeT.Alberto Fernández y su discurso en Chubut, una provincia clave para el kirchnerismo.Alberto Fernández y su discurso en Chubut, una provincia clave para el kirchnerismo.

Massoni es un polémico ministro, que busca mostrarse como un duro frente al delito y tuvo algunos cruces con Sabina Frederic. Y acaba de cuestionar frontalmente la posición exhibida por el gobierno argentino en el caso de Jones Huala. Es más, dijo que jamás podría pisar tierra chubutense. No da señales de abandonar la carrera electoral sino más bien de consolidar su posición.

La cuestión de organizaciones que han escalado en violencia de manera llamativa, con incendios y amenazas, golpea en general a las provincias del Sur y también impactan negativamente más allá de la región. Son imágenes potentes. Y tienen efecto político concreto. Sacudió el reclamo con tono de exigencia hecho por la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, al Presidente. Volvió a demandar el envío de fuerzas federales para garantizar la seguridad local. Aníbal Fernández, que hace unos días desoía el reclamo, cambió de parecer.

No sólo se trató de la expresión de la gobernadora sino además de su antecesor en el cargo y líder de la fuerza gobernante, Alberto Weretilneck, senador nacional. Es un legislador importante para las alianzas del oficialismo en la Cámara alta. Y podría ser determinante si el oficialismo pierde la comodidad de contar con quórum propio. Werettilneck cuestionó la actitud de la Casa Rosada. Tal vez alguien haya reparado en el daño producido por el destrato a la provincia.Arabela Carreras, gobernadora de Río Negro. Fuerte mensaje al Gobierno nacionalArabela Carreras, gobernadora de Río Negro. Fuerte mensaje al Gobierno nacional

No fue el único mensaje que llegó desde el Sur. En otra escala, el reclamo de atención del Gobierno hecho por el intendente de Trelew, Adrián Maderna, generó incomodidad por su planteo frente a la comitiva presidencial. El síntoma sería más inquietante. Expuso que los jefes locales están preocupados por su propio poder. Estaría diciendo que la relación de alineamiento con el poder central -por convicción o por conveniencia- puede entrar en crisis si pone en riesgo o puede arrastrar la votación local. El intendente buscó después atenuar su planteo. Dejó, sin embargo, la sensación de cierta debilidad de los vínculos frente a pronósticos adversos.

Esto último sería casi anecdótico si se tratara de un hecho aislado. Un mal momento. Pero inquieta porque son tiempos en los que el oficialismo apuesta a los gobernadores e intendentes como eje de la campaña posterior a las PASO. Se verá si los intereses son en todos los casos convergentes.

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