La consultora Ecolatina concluyó que una familia aún con dos salarios mínimos, es pobre.
El Indec dio a conocer esta semana el dato del costo de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la línea de pobreza, que subió un 2,6% en octubre, así como también el valor monetario de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide el nivel de indigencia, que tuvo su mayor suba desde junio al acelerarse un 3%.
De esta manera, en base a esos números oficiales, una familia “tipo” (compuesta por dos adultos y dos niños) necesitó $30.925 para no ser considerada indigente y $72.365 para no ser considerada pobre.
De estos datos se desprenden que una familia aún con dos salarios mínimos, es pobre.
Un informe reciente de Ecolatina acentuó la mirada en los hogares de clase media. En Argentina la pobreza se calcula utilizando el método del ingreso. La metodología busca establecer si los hogares cuentan con dinero suficiente para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Los hogares que no superan esa línea son considerados indigentes. Asimismo, la línea de pobreza extiende el umbral para incluir no sólo los consumos alimenticios mínimos sino también otros consumos básicos. La suma de ambos conforma la línea de pobreza.
Durante el primer semestre del año, el 41% de las personas eran pobres, pero en términos de su capacidad de consumo es relevante saber si su ingreso está cerca de la línea de pobreza o lejos. Para analizar cuál es la distancia entre ambas variables, Ecolatina calculó la distribución de personas de acuerdo al diferencial entre ingresos y línea de pobreza del hogar en el que habitan. De esta manera, supieron que el 2,4% de las personas viven en hogares que apenas tienen un ingreso 5% superior a su línea de pobreza.
De este análisis se desprende que un aumento de los precios de 10% aumentaría la pobreza en un 6%. Por el contrario, un incremento de los ingresos 10 puntos superior al de los precios reduciría la pobreza en un 6%.
“Entender la situación de los hogares argentinos respecto a su cercanía con la línea de pobreza es importante porque habla de su capacidad de consumo, pero nada dice respecto a sus pautas y deseos. Un hogar puede no ser pobre y tener ingresos para consumir bienes no esenciales, pero en qué los gastará depende de su nivel socioeconómico”, puntualizó la consultora, en una nota publicada por Ámbito.
En este sentido, durante el cuarto trimestre de 2017, previo a la crisis del gobierno anterior, solo el 14% de los hogares de clase media era pobre. Ese número más que se duplicó con las crisis de 2018, la de 2019 y la cuarentena de 2020 y, para el primer trimestre, de 2021 (últimos datos disponibles), el 33% de hogares de clase media fueron pobres.