Se trata de Gerardo Ferreyra, socio de una empresa del gigante asiático, en la construcción de las represas en Santa Cruz.
“Los muertos no pagan”. Con esa frase de Néstor Kirchner, el empresario kirchnerista Gerardo Ferreyra propuso posponer la negociación del pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y avanzar, en primera instancia, en una estrategia de crecimiento ligada a un mayor acercamiento a China y Rusia.
El dueño de Electroingeniería planteó como propuesta alternativa la generación de un “Fideicomiso de Inversión para el Crecimiento y la Exportación” a partir del estrechamiento de lazos con los países liderados por Xi Jinping y Vladimir Putin. El periodista Carlos Pagni reveló la información este lunes en su programa Odisea Argentina por LN+.
Gerardo Ferreyra expresó, a través de un hilo de Twitter, que la propuesta podría generar 100.000 millones de dólares en exportaciones, dinero que se destinarían “al repago” de los compromisos con el FMI.
Sin embargo, Ferreyra, acusado en la causa de los cuadernos de las coimas, es un actor interesado en el entramado de las inversiones chinas en el país. Su empresa forma parte del consorcio junto a la china china Gezhouba, y a la mendocina Hidrocuyo, a cargo de la construcción de las centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz.
Ferreyra fue excarcelado el de 2 de septiembre de 2019 por decisión de la Cámara Federal. Había quedado preso el 1° de agosto de 2018 cuando se destapó el caso. El dueño de ElectroIngeniería fue procesado como miembro de la asociación ilícita investigada a partir de las anotaciones del exchofer de Roberto Baratta Oscar Centeno. Si bien negó pagos ilegales al Ministerio de Planificación, sí lo hizo uno de los directivos de su compañía.
Las obras se encuentran demoradas, entre otros motivos, por la falta de financiamiento desde China, desde el gigante asiático, aguardan el entendimiento definitivo entre el Fondo Monetario Internacional y el país, a contramano de la propuesta del empresario oficialista.
“La salida de la encerrona que nos dejaron [Donald] Trump y [Mauricio] Macri se hace con inteligencia y alianzas geopolíticas internacionales, elaborando un “Plan B” a las actuales negociaciones que lleva adelante el Gobierno casi en soledad. No esperemos solidaridad del mundo financiero” escribió y puso como ejemplo a los Estados Unidos y a la Unión Europea. “Es en vano”. añadió.
En el deseo de Ferreyra, Argentina debe entablar una negociación con el organismo internacional como parte de una discusión en la que participen otros países de la región, dado que, según sus palabras, “el endeudamiento fue violento, forzoso y condicionante”.
Ferreyra resumió así su propuesta: “Un 3% anual durante 15 años con espera de 5 años para que se realicen Inversiones de infraestructura con los Estados que están dispuestos a invertir en Energía (céntrales nucleares, hidroeléctricas, térmicas), alimentos y minerales que se exportarán industrializados [a países] como China y Rusia”.
En su idea, tuvo en cuenta los vínculos entre Cristina Kirchner con los líderes de esos países. “Las condiciones geopolíticas maduraron, y el peronismo, con CFK y su relación directa con Putin (Rusia) y Xi (China) puede liderar un acuerdo como este”, esgrimió Ferreyra. Y añadió: “Los estados acreedores cobrarán su deuda pero deberán aceptar esta estrategia de crecimiento para el pago por parte de Argentina”.
Para Ferrerya, un acuerdo financiero de pago entre Argentina y el FMI “siempre resultará malo para ambas partes”. “Se trata de salir de la dependencia, la colonización financiera y, como en 1810 o en 2010, armar una alianza (ahora con Lula [Inacio Da Silva, firme candidato presidenciable en Brasil]) para independizarse del FMI”, dijo.
En ese sentido, defendió su propuesta como una forma de tomar distancia de la esfera de influencia de Norteamérica. “El mundo unipolar y hegemónico de EE.UU., que sometió a los países que luchan por su independencia a guerras, invasiones, sanciones y lawfare de la mano de su justicia extraterritorial, está tocando a su fin”, reflexionó y remarcó: “Rusia y China con su Alianza Militar y Energética están creando un nuevo orden”.
Para subrayar la importancia del acercamiento a ambos estados, Ferreyra resaltó que poseen “misiles nucleares de múltiples ojivas, hipersónicos (Mach 5/7) , intercontinentales disparables de submarinos o cohetes que dejan sin capacidad de respuesta a EE.UU,, hoy desconcertado por los avances científicos de sus oponentes”.
Las centrales
Las centrales hidroeléctricas deberían haberse finalizado el año pasado, pero por cuestiones ambientales y financieras, sumada la pandemia, las represas tienen recién un avance de obra de 28% en la Jorge Cepernic y de 18% en la Néstor Kirchner. Se espera que estén en funcionamiento plenamente en octubre de 2023 y en marzo de 2027, respectivamente. Esta demora no menor hizo que el Gobierno deba renegociar el financiamiento que la entonces presidencia de Cristina Kirchner acordó, en 2014, con un grupo de bancos chinos, compuesto por China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited y Bank of China Limited.
El costo total de la obra, de US$4714 millones, no cambió, aseguran fuentes al tanto del proyecto. Pero la negociación que comandó en aquel momento el actual gobernador bonaerense Axel Kicillof, cuando era ministro de Economía, implicaba que el repago comenzara a los cinco años y medio de iniciada la construcción. Desde entonces, China envió fondos por US$1350 millones hasta que este año cortó el financiamiento. Ahora espera que la Argentina evite el default con el FMI y arregle un nuevo programa económico para renegociar.
El Gobierno las volvió a renombrar luego de que la administración anterior las llamara por sus nombres originales, Cóndor Cliff y La Barrancosa, respectivamente. La suerte de estas dos megaobras, que permitirán aumentar 4,5% la oferta de energía eléctrica nacional, está atada al desenlace del acuerdo con el FMI
Del ERP al mundo empresario
Ferreyra nació en septiembre de 1950. Su padre era un director de escuela peronista y él suele mencionar el recuerdo de una gabardina que le regaló la Fundación Eva Perón para un Día del Niño. Vivió en Arias con su familia y de adolescente se mudó a Córdoba con su hermana Ana María.
En 1968 ingresó a la facultad de Ingeniería y allí empezó a militar en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) durante los 70. Ferreyra estuvo nueve años preso y en la cárcel se hizo amigo del exsecretario Legal y Técnico del kirchnerismo, Carlos Zannini (también cordobés, de Villa Nueva). El “Chino” era maoísta y los lazos afectivos que generaron en prisión siguen hasta hoy.