El kirchnerismo desconfía del formato de la mesa nacional que planea convocar Alberto Fernández para diseñar la campaña

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En un ambiente de tregua luego de los fuertes cruces, el kirchnerismo reconoció como un gesto positivo la respuesta del Presidente a sus pedidos frente al año electoral, pero hay suspicacias sobre los condicionamientos previos

La novedad de que Alberto Fernández, en un giro de 180 grados, está dispuesto a convocar a una mesa política con todos los actores del Frente de Todos, generó desconfianza en el ala dura, que venía pidiendo la creación de un espacio de consenso interno formal desde hace al menos un año y medio. Tienen dudas sobre el volumen, el sentido y el alcance que planea imprimirle el Presidente, y vieron con suspicacia que desde la Casa Rosada hayan impuesto, como condición preliminar, que no se cuestionen las candidaturas para las PASO.

“Si lo hubiera hecho hace un año hubiera sido otro cantar. Es un buen gesto, pero no tenemos demasiada expectativa en que prospere”, definió un funcionario de la órbita de Cristina Kirchner. Horas antes, Infobae había revelado que el Presidente estaba dispuesto a impulsar una Mesa Nacional tras el sugestivo encuentro en Merlo de los principales dirigentes alineados con la Vicepresidenta con base en la provincia de Buenos Aires.

Ese cónclave funcionó como un método de presión de parte del kirchnerismo sobre los moderados para forzar la creación de un espacio de debate nacional del oficialismo, con el objetivo de máxima de tomar el control sobre los nombres en las listas, sobre la campaña, y por consecuencia, sobre la gestión. La reunión fue organizada y publicitada, con el aval de Cristina Kirchner, nada menos que por su hijo, el jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, junto al gobernador Axel Kicillof.

Participaron, mayoritariamente, dirigentes cristinistas, como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Y estuvo, también, el eventual presidenciable Sergio Massa, el ministro de Economía, que asistió en calidad de líder del Frente Renovador, que tiene un peso relativo, pero específico, en el territorio bonaerense. Su presencia fue un guiño al sector duro del Gobierno, aunque en el quinto piso del palacio de Hacienda insisten en que no tiene intenciones, al menos por el momento, de competir en la interna para ocupar el sillón de Rivadavia.Alberto Fernández sigue de campaña y no está dispuesto a bajarse de su candidaturaAlberto Fernández sigue de campaña y no está dispuesto a bajarse de su candidatura

La reunión se celebró en buenos términos, y según pudo reconstruir Infobae, no hubo dardos para Alberto Fernández ni se discutió sobre cómo resolver la interna, que ardió la semana pasada a partir de la disputa entre “Wado” de Pedro y el Presidente. “El tema principal era cómo abordar la campaña, unidos”, dijo un referente del albertismo que está al tanto del detalle de los diálogos de anoche. Pero opinó que sirvió que estuviera el ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis -cercano a Alberto Fernández, pero con buena llegada al espacio K- para evitar que la reunión se transformara en un espacio de descaga contra el jefe de Estado. “Kato” fue el único representante del sector dialoguista del FDT.

En la Casa Rosada siguieron el cónclave con atención y anoche el Presidente dejó trascender que había decidido ceder ante los insistentes pedidos del cristinismo para crear la mesa política. Pero advirtió que no admitirá que se pongan bajo escrutinio sus aspiraciones a la reelección. El pre-requisito cayó mal en las filas del bando disidente, donde resisten la candidatura de Alberto Fernández y apuestan, en cambio, a Massa o a “Wado” de Pedro e incluso a Jorge Capitanich. Tampoco descartan pedirle a Kicillof que abandone sus ambiciones de continuar en la provincia de Buenos Aires y suba a pelear por la Nación.

Desde la cúpula camporista, con sede en el Senado, donde manda Cristina Kirchner, ordenaron a las primeras líneas “bajar los decibeles”, según informaron funcionarios y dirigentes de ese sector. Esa estrategia explica el tuit conciliatorio de De Pedro, publicado el lunes; la reserva de las opiniones críticas de Alberto Fernández en la reunión de anteanoche en Merlo; y el silencio que reinó ayer entre las filas de los duros después de varios días de lanzar artillería pesada contra Balcarce 50. Además, adelantaron, en las próximas horas habrá nuevas muestras de pacificación, orientadas a dejar atrás los cruces que se desataron del fin de semana por el off the record del ministro político.

Del otro lado, en la Casa de Gobierno, persiste el enojo por el más reciente ataque de “Wado” de Pedro, pero también buscan calmar las aguas. En la Casa Rosada evitaron hacer declaraciones contra los referentes K. Y Alberto Fernández visitó un distrito del “otro bando”, Chaco, donde gobierna el ex jefe de Gabinete de CFK, Jorge “Coqui” Capitanich, además de hablar de una convocatoria a todos los sectores.

Sin embargo, en el fondo, no hay un acuerdo conciso sobre la enunciada mesa política, sino todo lo contrario. En principio, parecen haber discrepancias entre la definición que esboza el kirchnerismo sobre ese eventual espacio de discusión y la que tiene en mente y está dispuesto a conformar Alberto Fernández. Los primeros, en principio -aunque no lo explicitan con claridad ni en voz alta- esperan que se discuta el armado de las listas. Los segundos, que se diriman más bien cuestiones territoriales, y que las definiciones sobre las candidaturas vengan después.El PJ bonaerense publicó una foto de la reunión en Merlo anteanoche con Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Kicillof y Massa El PJ bonaerense publicó una foto de la reunión en Merlo anteanoche con Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Kicillof y Massa

Para respaldar sus planteos se remontan a la experiencia del armado del FDT entre 2018 y 2019 y la designación de Alberto Fernández como único postulante de la coalición que quería disputarle poder a Cambiemos. “El video donde Cristina anuncia que el candidato era Alberto no fue una sorpresa para nadie importante. Fue el resultado de meses y meses de hacer política pura. Ahora también faltan meses de política para decidir quién conviene que sea. Hoy tienen las mismas chances Sergio, Alberto, Axel, Scioli, Wado, y todo aquel el que tenga aspiraciones”, sostuvieron desde una dependencia que responde al liderazgo del Presidente.

En el despacho de un funcionario de diálogo frecuente con Alberto Fernández deslizaron que “van a ir tranquilos” con los tiempos de la convocatoria. Y preferían hablar de una “mesa de trabajo” para definir la estrategia electoral. Es decir, los lugares a visitar, la frecuencia, los roles de cada referente, el tono y contenido de los discursos. “Las mesas políticas son miles y están en funcionamiento todo el tiempo. A veces está Máximo, a veces está Axel, a veces está Tolosa Paz, a veces Katopodis, Insaurralde, otras van segundas líneas y así sucesivamente”, dijeron.

“Si hay un gran encuentro, en una fecha precisa, e inclusive si se fijan días para hablar de los temas, va a ser más para gestualizar hacia los nuestros, que para definir algo. Las reuniones políticas no se anuncian, se hacen”, definió el dirigente, desde su oficina de la órbita nacional.

Desde el círculo de Alberto Fernández no dijeron cuándo se producirá la convocatoria formal a ese encuentro. Pero avisaron que invitarán a Cristina Kirchner y a Máximo Kirchner. Aunque se adelantaron a aventurar que, probablemente, no vayan. De todas formas, la famosa y controversial “mesa política”, sea cual fuere su formato, por ahora sólo es un enunciado.

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