El virus del papiloma humano (VPH) es una familia de virus que tienen presencia en varones y mujeres, cuya infección persistente puede evolucionar a cáncer. El más frecuente, causado por los tipos de VPH que provocan lesiones, es el de cuello de útero; pero también pueden darse en las zonas genitales y orofaríngeas. El VPH se transmite por contacto sexual, es un virus de fácil contagio y su presencia es muy común en la población.
En este contexto, en el Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Madariaga de Posadas se procesan hasta 900 muestras por mes, provenientes de test de VPH. El análisis se realiza sobre trece cepas que son las que tienen alto riesgo de evolucionar hacia el cáncer de cuello uterino. Del total de muestras cotejadas hasta un 20% arrojan positividad, es decir, presencia de alguna de las cepas de alto riesgo.
“Estamos hablando que dos de diez pacientes arrojan un tubo positivo pero, al ver el papanicolau (PAP), no todos están en un estadio de lesión avanzada. O sea que estamos en una situación muy favorable, esto nos posiciona para hacer un seguimiento y que la paciente”, explicó en diálogo, José Méndez, bioquímico del Servicio antes mencionado.
Sobre la detección, el profesional especificó: “Cuando las pacientes, mujeres mayores a 30 años, recurren a su chequeo anual el ginecólogo lo que suele hacer es preguntarle si se hizo una muestra de VPH; esta consiste en un tubito, con un reactivo y un cepillo adentro. Entonces aparte del papanicolau (PAP) el profesional realiza esta muestra con un cepillado del cuello del útero, la introduce en el tubo y eso se manda junto con el PAP”.
Actualmente el laboratorio del Servicio del Madariaga cuenta con un kit que identifica trece cepas del virus que “según estadísticas mundiales son las que causan el cáncer cervicouterino, las otras variantes podrían estar o no, pero no nos interesan al fin de la técnica”.
“Una vez que se detecta que la paciente tiene el virus problemático, es importante realizar el seguimiento porque puede ser que el VPH haya causado lesión o no, y en este último caso está a tiempo. Ahí interviene el ginecólogo y se puede hacer el seguimiento vía PAP cada seis meses, ya no un año”, dijo Méndez. “Cuando vos le decís a la paciente que dio positivo, se les cae el mundo. Y no, enhorabuena que se descubrió y se puede tratar, la idea es que no se aleje de su ginecólogo”, agregó.
Cabe destacar que, según la página del Ministerio de Salud de la Nación, se han identificado más de 100 variantes del VPH, de las cuales, alrededor de 40 tipos son los que afectan a la zona genital y, entre estos, los denominados “de alto riesgo oncogénico” son los que se asocian al desarrollo de lesiones de alto grado. Sin embargo, la mayoría de las veces, la infección por VPH no produce ninguna manifestación en el cuerpo, dado que la infección es controlada por el sistema inmunológico.
Resultados
Si el VPH es negativo significa que no se encontró ADN de VPH de alto riesgo cancerígeno en el cuello del útero, en este caso se debe repetir el test de VPH a los 5 años. En caso de resultado VPH positivo con citología -comportamiento de células- normal, quiere decir que sí se encontró ADN de VPH de alto riesgo pero no anormalidades en las células del cuello del útero; ante este resultado se tiene que repetir el test de VPH cada seis meses. En el último caso, si se encontró ADN de VPH de alto riesgo así como también anormalidades en las células del cuello del útero, entonces se debe realizar colposcopia -análisis del cuello de útero en profundidad y/o biopsia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no realizar el test a las mujeres menores de 30 años. La realización de esta prueba en este grupo de mujeres conlleva el riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento, ya que en su gran mayoría la infección por VPH es transitoria y logrará la remisión sin la necesidad de un tratamiento.
Por otra parte, el profesional indicó que “ahora van a empezar unas campañas que se llaman autotoma”, para que las mismas mujeres puedan realizar el raspado y luego presenten la muestra para llevarla al laboratorio. “A aquellas mujeres que den positivo, se las busca y se les hace el PAP, es una metodología más abarcativa y nos permite tener más llegada y seguimiento”. Según el Ministerio de Salud de la Nación en la Argentina se diagnostican alrededor de 4.500 casos nuevos por año y mueren más de 2.000 mujeres por esta enfermedad. Además, el cáncer cervicouterino es la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial.
La vacunación es importante
Desde el 2011, existe la vacuna contra el VPH. La inoculación forma parte del calendario nacional de vacunación, se aplica a niñas y niños de 11 años. Es gratuita y está disponible en el sistema público de salud de todo el país. La vacuna protege contra los tipos de VPH 16 y 18 asociados al desarrollo de anormalidades en las células del cuello del útero. Además protege contra los tipos de VPH 6 y 11 vinculados al desarrollo de verrugas genitales.
Esta vacuna demostró ser segura y altamente efectiva para prevenir el cáncer de cuello de útero.
Si bien el uso del preservativo reduce la posibilidad de infección, no la elimina del todo porque el virus puede alojarse en puntos de la zona genital y anal que éste no protege. Sin embargo, es aconsejable su uso ya que disminuye el riesgo de infección y, por sobre todo, previene otras infecciones de transmisión sexual como el VIH.