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En su mayoría los traumatismos ocurren durante juegos al aire libre o con objetos punzantes. Recomiendan acudir al hospital más cercano para revisar el ojo
En los últimos tiempos, luego de la pandemia por Covid-19, tal como había informado este medio, la mayor cantidad de consultas oftalmológicas se debió a las complicaciones oculares por el uso de pantallas. Esta no es la única demanda que atienden profesionales, sino que diariamente las consultas pediátricas están en alza por traumatismos y lesiones oculares.
En este contexto, oftalmólogas consultadas comentaron que esos eventos ocurren con frecuencia mientras los niños juegan. A través de pelotazos o golpes al aire libre, con objetos punzantes como tijeras, con plantas y a veces, cuando se acercan al cortador de pasto y les vuela algo.
Desde Salud Pública, las médicas especialistas en oftalmología María Fernanda Corsi y Teresa Peñalva del Hospital Fernando Barreyro contaron que reciben varias consultas y derivaciones semanales de distintas localidades, por este tipo de accidentes.
“La mayor complicación que puede traer un golpe puede ser desde una úlcera corneal cuando se trata de una herida abierta, puede infectarse el globo ocular y en casos extremos puede ocasionar la pérdida del ojo”, explicó Corsi .
Por lesiones que dejan algún tipo de daño, en el hospital cada profesional atiende hasta dos consultas diarias. Además, los pacientes provienen de distintas localidades de la provincia.
Ante eso, especialistas instan a que se consulte al médico pediatra más cercano rápidamente, ya que a medida que pasa el tiempo la herida o golpe, puede acarrear mayores complicaciones. Dependiendo la gravedad del globo ocular, el niño será derivado al Servicio de Oftalmología.
Por su parte, la oftalmóloga Ana Schanton mencionó que asiste a alrededor de dos lesionados al mes. En su mayoría, también se deben a úlceras de córnea, producidas por algún elemento cortante sobre esta. En cuanto al tratamiento explicó que en primera instancia, realizan un control completo para evaluar el ojo en su totalidad.
“Una vez que pudimos evaluar que se trata de una úlcera de córnea, realizamos la colocación de un ungüento oftalmológico dentro del ojo y se ocluye el ojo durante unas veinticuatro horas. El control se hace al día siguiente para ver si hubo mejoras y en la gran mayoría de los casos, este tipo de lesiones se curan sin dejar secuelas”, sostuvo la profesional.
Uso de pantallas
Otra de las consultas frecuentes, se deben a las consecuencias por el uso de celulares, tablets, televisores, entre otros. Por ese motivo, pacientes predispuestos a ser miopes y que ya usaban anteojos, sufrieron un aumento de la miopía.
En tanto, también, se intensificaron las atenciones por ojo seco ocasionado por la sequedad ocular o conjuntivitis viral. La miopía es un problema de refracción (forma en que la luz se refleja dentro del ojo) que hace que los objetos lejanos se vean borrosos. En cuanto al síndrome del ojo seco se da por la fijación prolongada en las pantallas, lo que reduce el parpadeo y eso produce resequedad en la córnea, generando la necesidad de usar lubricantes.
De esta manera, especialistas recomiendan que la población infantil tenga más de dos horas diarias de juegos al aire libre. En lo que refiere a prevención, aconsejan que niños menores de dos años no se expongan al uso de pantallas. En edades de entre 2 y 5, lo ideal es que el uso de estos dispositivos no supere la hora diaria. Y en mayores de 6, establecer límites de exposición.
En la edad escolar el uso de estos dispositivos tiene que estar totalmente controlado por los padres, que midan la exposición. “No apuntamos a sacar porque es imposible, pero sí estar al tanto de los riesgos que produce, instruir a los padres de descansar y usar la pantalla sin lastimar los ojos”, sostuvieron las oftalmólogas
Tratamientos
El tratamiento de las conjuntivitis, de acuerdo a su tipo es a través de colirios en gotas. “Se requiere mucha prevención y advertimos a los padres a los papás el cuidado de las manos, el tema de las piletas, de no tocarse los ojos cuando están rojos y aconsejamos que en ese período de contagio, falten a clases”, puntualizó Corsi.
En la misma línea agregó que con las refracciones, ya sea miopía, hipermetropía o astigmatismo, se procede al uso de anteojos. Para recomendar el uso de lentes en niños, el oftalmólogo pediátrico se le da con bajo cicloplegia. Se evalúa la visión, luego se toma una muestra de la refracción a través de gotas que dilatan la pupila.
“Con eso, uno tiene más certeza del anteojos exacto que se le va a dar a ese niño. Es fundamental que sea con un oftalmólogo pediátrico para darle su correcto lente y a la vez, realizar fondo de ojo con dilatación pupilar”, agregó la profesional.
En lo que refiere a ojo seco recomiendan disminuir el uso de pantallas. A la vez, las especialistas explicaron que hay ojos secos en adultos, por la menopausia, por hipertiroidismo, enfermedades autoinmunes o pacientes que están en exposición, ante soldaduras.
Por último, especialistas aconsejan a que se realicen los controles pertinentes según la edad de los chicos.
El primer control se debe realizar una vez que el niño nazca, durante sus primeros días de vida. Luego debe acudir al oftalmólogo a los 6 meses y después, al cumplir el año de vida.
De la misma forma, el control de ojos bajo dilatación pupilar debe seguir cuando el chico cumpla 3, nuevamente al cumplir 5 y a partir de ahí se mantiene la recomendación de consulta cada dos años.
Cuándo consultar y cómo prevenir
El primer control se debe realizar una vez que el niño nazca, durante sus primeros días de vida. Luego debe acudir al oftalmólogo a los 6 meses y después, al cumplir el año de vida.
De la misma forma, el control de ojos bajo dilatación pupilar debe seguir cuando el chico cumpla 3, nuevamente al cumplir 5 y a partir de ahí se mantiene la recomendación de consulta cada dos años.
Por otra parte, ante alguna lesión ocular, recomiendan consultar inmediatamente con el pediatra de cabecera. En lo que refiere a prevención, aconsejan que niños menores de dos años no se expongan al uso de pantallas. En edades de entre 2 y 5, lo ideal es que el uso de estos dispositivos no supere la hora diaria. Y en mayores de 6, establecer límites de exposición.
