El Presidente analizaba sin apuro el contexto político, pero el panorama económico que le describió el ministro precipitó su esperada decisión. En el Gobierno aguardan que una disminución en las especulaciones sobre la interna aporten tranquilidad a los mercados y estudian nuevas medidas
Anoche, más que nunca, reinaba un clima de fuerte decepción en la residencia oficial de Olivos. Mientras los agentes de seguridad controlaban los ingresos y egresos de los técnicos de comunicación de la Presidencia en inusuales horarios -el último se fue a las 3 de la mañana-, los pocos que sabían lo que estaba pasando se preguntaban sobre los motivos del apuro para grabar el spot que anunciaba la extensamente esperada decisión de Alberto Fernández sobre su eventual reelección, que terminó declinando.
Después de todo, el primer mandatario postergaba desde hacía meses las definiciones sobre su futuro político en el año electoral y en su entorno decían, desde el comienzo del año, que tenía tiempo hasta el final de junio, cuando cierran las listas. El kirchnerismo venía presionando hace tiempo para que se bajara lo antes posible, sin éxito: no parecía haber motivos para acelerar la decisión, que se conoció sorpresivamente el viernes por la mañana, a través de un video publicado en la cuenta oficial de Twitter del jefe de Estado.
Ayer por la tarde, distintos el círculo de confianza de Alberto Fernández dieron al unísono aunque por separado, una respuesta clara sobre la precipitación de la comunicación del Presidente: además de la situación política interna, y de la inminencia del Consejo del PJ, previsto para la tarde del viernes, se impuso como factor determinante la fuerte convulsión en el panorama económico.
El primer mandatario les contó a sus laderos más cercanos que se bajaría de la carrera electoral el jueves por la tarde, cuando caía el sol, al regreso de una actividad en Mar del Plata. Pero había terminado de madurar la idea varias horas antes, después de una reunión matutina con el ministro de Economía, Sergio Massa, en la quinta presidencial.
Uno de los funcionarios que estuvieron en contacto permanente con Alberto Fernández durante los últimos días aseguró que venía meditando su corrimiento desde hace semanas, pero reconoció que el apremio para anunciarlo respondió a los vaivenes en las variables económicas que se desencadenaron desde el lunes. En especial, la corrida cambiaria que llevó al dólar a un pico de 440 pesos.
Alberto Fernández venía siguiendo a través de aplicaciones digitales las variables de la macroeconomía. Además, recibía informes del ministro, por chat y por teléfono. Pero no fue hasta la mañana del jueves que tuvo un contexto más preciso. En el encuentro con Massa, que se prolongó por más de una hora, el titular de Hacienda le describió un panorama por demás complicado.
“Alberto estaba tratando de manejar los tiempos para garantizar una PASO. Ya sabía que no iba a presentarse, pero ayer decidió definitivamente que ya era hora”, reveló un hombre de extrema confianza del jefe de Estado. “Esto tuvo que ver con todo lo que le dijo Massa ayer (por el jueves), sobre las perspectivas y sobre la situación real que estamos atravesando. Justamente, Alberto no quiere quedar enredado en una situación política, cuando en realidad tiene que estar gestionando y cohesionando con el resto del gobierno esa problemática económica que se está agudizando”, explicó.Tras el corrimiento de Alberto Fernández, el ministro del Interior, Wado de Pedro, y Sergio Massa aparecen como los principales presidenciables al igual que Daniel Scioli (Adrián Escandar)
Sin embargo, desde Olivos aclararon que Massa “nunca le pidió que se baje” y aseguraron que el Presidente no le reveló al tigrense, que tiene sus propias perspectivas electorales, sus planes de corrimiento. Además, destacaron que el renunciamiento “no resuelve la cuestión económica”, aunque admitieron que “aporta para terminar con las especulaciones”.
Massa venía de reunirse con las autoridades del FMI en el encuentro de primavera, en Washington; y se acababa de encontrar -junto a sus asesores ministeriales- con los equipos técnicos del organismo, en el marco de la renegociación del acuerdo por la deuda. Al complejo escenario se habían sumado, en los primeros días de la semana, los rumores, que inquietaron a los mercados, sobre la aplicación de un eventual desdoblamiento cambiario, que en la Casa Rosada y en Hacienda negaron (y por el que responsabilizaron al jefe de Asesores, Antonio Aracre, que terminó eyectado de su puesto por ese motivo). Además, habían corrido versiones de una supuesta renuncia de Massa, en medio de los tambaleos de la gestión, y de las especulaciones sobre su candidatura en las Primarias.
“Si escuchás con atención lo que dice Alberto en el mensaje (del video en Twitter), se escucha claro lo que pasó: él se corre por el bien del PJ y del país en la crisis”, agregó un hombre su confianza.
“Es cierto es que Sergio y (el titular del Banco Central, Miguel) Pesce le describieron un cuadro económico que lo llevó a decir basta con las especulaciones”, añadió otro funcionario que frecuenta a Alberto Fernández. “Lo que quedó claro, ahora, es que el Presidente se dedica a gestionar. No creía que fuera honesto que se siguiera hablando de su candidatura, no era responsable de su parte que ese debate se siguiera dando”, argumentó.
El jueves fue un día clave en el Gobierno, en términos de política económica. Después de visitar por la mañana al jefe de Estado, informarlo, y evaluar formas para paliar la incertidumbre, Massa se desplazó al Congreso Nacional, donde tienen sus despachos Cristina y Máximo Kirchner. Corrieron fuertes rumores de que se vio personalmente con la presidenta del Senado, pero en sus respectivos entornos lo negaron a tajantemente. Sí admitieron que el titular de Hacienda se entrevistó con la titular de Diputados, Cecilia Moreau, y con el jefe de La Cámpora, hijo de la Vicepresidenta, que también es legislador nacional y tiene peso específico en la bancada, más allá de su renuncia a la titularidad del bloque hace un año y medio.
Al igual que con Alberto Fernández, Massa, que intenta comandar las variables que agitan la crisis mientras medita sobre su propia candidatura, les transmitió personalmente a los principales líderes legislativos del FDT los datos que ya le había exhibido al Presidente sobre las delicadas proyecciones de la economía, en medio de la sequía, la lenta liquidación del campo, ante falta de reservas en el Banco Central, con una inflación en alza, todos indicadores que se tambalean en paralelo a la negociación técnica con el Fondo.La última foto de Sergio Massa y Cristina Kirchner juntos fue en agosto. El ministro y la vicepresidenta conversan seguido, y en los últimos días estuvieron en contacto por la profundización de la crisis cambiaria
Para los próximos días, deslizaron en el Gobierno, planean hacer nuevos anuncios económicos para contener la situación, aunque los detalles se mantenían guardados bajo llave. Antes, necesitaban calmar a los mercados con señales políticas. Primero apelaron a una foto entre el jefe de Estado y el ministro de Economía. Luego, al el corrimiento del Presidente de la competencia electoral.
Cristina Kirchner y Sergio Massa hablan seguido, por teléfono y por chat de Telegram. Pero cuando se encuentran en persona, lo hacen en privado y raramente lo dejan saber. La última foto que los exhibió juntos fue en agosto del año pasado, poco después de la asunción del ministro de Economía tras la salida de sus predecesores, Martín Guzmán y Silvina Batakis.
En Economía y en el Senado se limitan a revelar que en los últimos días estuvieron en contacto. Y dicen que ninguno de los dos sabía que Alberto Fernández se bajaría de la carrera, aunque ambos consideraban, al igual que resto, que era la decisión más apropiada para el conjunto del espacio. Hasta el inicio de la reunión del PJ, la vicepresidenta se había expedido sobre la novedad política de la jornada, una de las más importantes del año electoral. Mientras que Massa la ponderó como un aporte a “la unidad”. Más allá de las especulaciones políticas de cara al armado de las nóminas para las PASO, la principal atención está puesta en el impacto del apartamiento del primer mandatario en la situación económica que, esperan, que sea positivo.