El gobierno presupuestó una cifra millonaria para comprar viandas para los presos. Las mismas cuentan con alimentos tales como «pizzas, ñoquis, carne vacuna, galletitas, jamón cocido y yogurt», entre otras cosas.
El Servicio Penitenciario Federal, intervenido desde hace cuatro años de la mano de María Laura Garrigós de Rébori, solicitó la compra de 461.591 viandas que serán destinadas a la Colonia Penal de Santa Rosa para alimentar a hombres y mujeres que permanecen privados de su libertad.
Según detalla la resolución 2023-255, la adquisición de tales viandas «resulta imprescindible para el buen funcionamiento del establecimiento penitenciario involucrado», seguidamente agrega que se trata de viandas que cumplirán todas las necesidades alimenticias de los penitenciarios, incluyendo «desayuno, almuerzo, merienda y cena».
Si bien, en las más de 461 mil raciones se presupuestó una suma de 467.965.571,71 finalmente se destinará 883.485.174,00 a la empresa gastronómica Foodrush SA, que resultó beneficiaria de dicha licitación.
Lo que destaca de esta adquisición, además del presupuesto total, es la calidad y variedad de alimentos de los que gozarán los delincuentes que residen en la Colonia Penitenciaria de la provincia de Santa Rosa, no porque sean sujetos carentes de derechos sino porque -en paralelo- a los comedores comunitarios se les envía harina de maíz (polenta) desde hace más de dos años.
Este reclamo se replicó a lo largo y ancho del país, donde trabajadores ligados a organizaciones sociales que atienden a niños en situación de pobreza e indigencia, han denunciado que el ministerio de Desarrollo Social de la Nación que conduce Victoria Tolosa Paz solo les envía polenta o maíz pisingallo para alimentar a los menores.
Obviando los reclamos de las organizaciones sociales, se puede comprobar que las recriminaciones son verídicas chequeando la página de compras estatales que expone que durante el último año. La cartera que comanda la ministra Tolosa Paz gastó 2.063.937.641,00 únicamente en polenta.
Detalles de las compras de polenta de 2022:
– Julio: Decisión administrativa Nro. 696/2022, 407.933.837,28 pesos en 2.008.250 kilos.
– Agosto: Número de proceso 95-0025-LPU22, 1.338.840,00 paquetes de polenta por una suma de 149.093.222,40 pesos.
– Septiembre: Número de proceso 95-0155-0C22, 4.016.520 de kilos de «sémola molida» por 540.118.982,00 pesos.
– Noviembre; Número de proceso 95-0004-0C23, 2.700.000 de paquetes de polenta por una suma de 593.946.000,00 pesos.
– Ampliación de compra en noviembre: Número de proceso 95-0019-0C23, 2.700.000 unidades por un total de 472.845.600,00 pesos.
Lo que se traduce en un gasto total de 2.063.937.641,00 pesos destinados únicamente en polenta con la que pretenden alimentar las mentes del mañana.
En cambio, los presos cuentan con cuatro raciones diarias que componen alimentos tales como «porciones de pizza, carne vacuna, pescado, pollo, cerdo, jamón cocido, huevos, ñoquis de papa, pastas secas, empanadas, leche, yogurt, quesos» y una gran variedad de vegetales, entre otras cosas. Sin contar la enorme variedad de cortes de carne como: «Nalga, vacío, colita de cuadril, tapa de nalga, roast beef, falda, azotillo, paleta, bola de lomo, churrascos sin hueso, cuadrada, paleta, palomita y tortuguita”.
A partir de esta clase de hechos, muchos especulan con la idea de que el Frente de Todos busca garantizar los votos en los complejos penitenciarios o si, por el contrario, solamente reafirman su estafa al electorado que aún espera una tira de asado para disfrutar los domingos al mediodía.