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Los resultados electorales de las fuerzas asociadas a Javier Milei han sido, hasta ahora, sencillamente espantosos. El último domingo, el hijo del dictador Antonio Bussi apenas superó el 3 por ciento en Tucumán. ¿Milei se hunde?
Si hubiera que titular el desempeño electoral de La Libertad Avanza y sus aliados resultaría tentadora la sentencia: la casta aplastó a Milei. Cierto es que, hasta ahora, el diputado libertario no apareció en las boletas, pero muchos empiezan a sospechar del escenario de tres tercios que caracterizan todas las fuerzas políticas. Las encuestas han demostrado que no son confiables desde hace tiempo. ¿Por qué acertarían ahora?
La elección de San Luis demostró la inconsistencia de los acuerdos y alianzas políticas en un escenario estallado. Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, Elisa Carrió y Martín Lousteau respaldaron la incorporación de Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio.
La discusión casi hace estallar a la coalición opositora. Sin embargo, el domingo pasado, mientras que ellos celebraban la victoria de Claudio Poggi, el gobernador cordobés lamentaba en silencio la derrota de su aliado hasta la víspera, Alberto Rodríguez Saá.
No fue el único caso. Mientras que Patricia Bullrich, Mauricio Macri y el ala conservadora de la UCR sufrían la pésima elección de Alfredo Cornejo en las PASO, en el larretismo se apuntaban como propia el excelente desempeño de Omar De Marchi, quien era armador nacional del alcalde porteño y precandidato provincial hasta que fuera obligado por los halcones a competir con una lista provincial.
A esto debe sumarse que el candidato de Patricia y de Mauricio Macri, Luis Juez, viene muy mal en las encuestas y probablemente el vencedor sea el candidato de Schiaretti, para beneplácito de las palomas.
El gobernador cordobés fuma debajo del agua. El acuerdo con Juntos por el Cambio no se tradujo en un frente de frentes, pero está casi cerrado el entendimiento para el caso de que Larreta consiga vencer a la ex ministra de Seguridad. Lo mismo podría ocurrir, según vaticinan internamente, en caso de un triunfo de Bullrich.
Pero Schiaretti no sólo negocia con Juntos por el Cambio. El jueves pasado tuvo lugar una reunión secreta entre su esposa, la senadora nacional Alejandra Vigo, y Máximo Kirchner, en un hotel de la zona de Retiro de la CABA. El encuentro fue gestionado por Eduardo Seita y la diputada de La Cámpora, Gabriela Estévez.
La propuesta que se discutió fue que el cristinismo no presente candidato a gobernador en Córdoba y que apoye la reelección de Schiaretti. A cambio, el PJ de Córdoba apoyará la llegada de Wado De Pedro al Concejo de la Magistratura, para contribuir a blindar la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner. También se sepultaría la vinculación de Schiaretti y varios funcionarios suyos con Odebrecht y las obras de los gasoductos, que podrían salir a la luz en el caso de que la causa de los cuadernos se reactive.
Así las cosas, Milei terminó cerrando con la cloaca de una “casta” que goza de excelente salud y que continúa con sus prácticas habituales mientras no cesan las descalificaciones y acusaciones cruzadas.
Tal como afirmaban Aristóteles, Maquiavelo, Bismarck y Churchill, la política continúa siendo “el arte de lo posible”.
