Los candidatos a presidente del PRO llevan a fondo la interna en territorio bonaerense. El jefe de Gobierno suma municipios de mayor volumen electoral, pero la ex ministra cuenta con más territorialidad
La competencia política por la candidatura presidencial del PRO entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich es la más importante desde la interna entre Carlos Menem y Antonio Cafiero de 1988. La diferencia es que este año esa disputa tendrá lugar en el contexto de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Será la primera vez desde que se implementaron, en 2011, en que habrá unas PASO competitivas y con enorme centralidad política.
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En las semanas previas al cierre de lista, la interna entre Bullrich y Larreta escaló a niveles máximos de tensión política. La ex ministra de Seguridad buscó llevar la competencia a todo el territorio y planteó el esquema de ir con candidato propio en cada municipio.
Gerardo Morales, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Gustavo Posse
Rodríguez Larreta advirtió que los buenos números de Diego Santilli, su candidato a gobernador, le podrían dar una diferencia por sobre Bullrich. Durante la reunión entre Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Bullrich, en mayo, Larreta propuso que en provincia cada candidatos a presidente lleve su propio candidato a gobernador. A cambio, en CABA consensuaron ir con una candidatura unificada. Así fue como luego se ungió a Jorge Macri y se buscó aplacar la interna.
Con esa jugada, el jefe de Gobierno apuesta a sacar una diferencia ante Bullrich. Analiza que Néstor Grindetti tiene una menor tracción de votos que Santilli y que eso potenciará sus chanches de imponerse ante la ex funcionaria. En el bullrichismo le resta valoración a esa hipótesis.
La relación de fuerzas entre Larreta y Bullrich en Buenos Aires
Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Diego Santilli y Néstor Grindetti
En esa contienda, la disputa en la provincia de Buenos Aires es crucial. Se trata del distrito que representa el 34% del padrón electoral. De los 135 municipios bonaerenses, Juntos por el Cambio (JxC) gobierna 58. De esas, 32 son del radicalismo, 20 del PRO y el resto vecinalistas.
En total, Bullrich y Grindetti tiene alineados a 33 municipios gobernados por JxC. Nueve son del PRO, 19 son radicales de Abad y el resto vecinalistas. En tanto, Larreta y Santilli cerraron con 19 municipios. Nueve del PRO, nueve radicales y uno vecinalista.
De igual modo, ambos presidenciables tienen candidatos a intendentes propios en el resto de los 135 distritos de la provincia. La ex ministra logró el respaldo de municipios como Lanús (400 mil electores), Bahía Blanca (250 mil electores), San Miguel (250 mil electores) y San Nicolás (126 mil).
Los intendentes del PRO
Si bien Bullrich tiene 14 municipios más bajo su ala, Rodríguez Larreta y Santilli pactaron con intendencias de mayos peso electoral por la cantidad de electores que tienen. Entre ellos, La Plata (600 mil electores), Tres de Febrero (300 mil electores), San Isidro (291 electores) y Tandil (100 mil electores). El larretismo entiende que ese plus será decisivo en la elección.
Los 19 municipios que responden a Rodríguez Larreta y Santilli suman 1.900.000 potenciales electores. Mientras que los 33 distritos alineados con Bullrich y Grindetti alcanzan los 1.700.000. En cuanto a las intendencias que jugarán con ambos, suman nada menos que 890.000 votos a disputar mano a mano entre los dos presidenciables. Especialmente por el peso electoral que tienen Mar del Plata y Vicente López.
Es cierto que los votos se disputan mano a mano y en el cuarto oscuro el elector elige con libertad. Al mismo tiempo, Larreta y Bullrich también conocen el fenómeno de la “cancha inclinada”. Se trata de una situación en la que los Ejecutivos parten con ventaja porque cuentan con fierros del Estado local para inclinar la cancha electoral hacia su costado.
Los asesores de Bullrich que conocen la geografía política de la provincia arguyen que la elección bonaerense la definen “las puntas de la boleta”. Es decir, traccionan los intendentes, que van en el extremo derecho del paño, y el precandidato a presidente, que encabeza la boleta en el extremo izquierdo. En cambio, la categoría de gobernador queda al medio de una larga tira de siete cuerpos. La estadística electoral corrobora que el nivel de corte de boleta tiene una incidencia menor al 3 por cierto. Es decir, es el presidenciable más votado el que pone al gobernador -y no al revés-.
Maximiliano Abad, Néstor Grindetti, Miguel Fernández y Cristian Ritondo
Sin embargo, en Uspallata, sede del gobierno porteño, sostienen que el binomio Larreta-Santilli funcionará y permitirá “sacar una diferencia”. El alcalde porteño considera que obtener una diferencia en la provincia de Buenos Aires, por el caudal electoral que implica, puede compensar un resultado no tan favorable en otra provincias de menor incidencia electoral.
La lógica de competencia movilizó a los intendentes del PRO y los del radicalismo. Bullrich y Larreta les exigieron lealtad a los jefes comunales, a cambio de bajarles su boleta electoral. Ambos se negaron a compartir ningún intendente ni candidato. Al punto de que salvo en cinco intendencias, en 47 municipios que gobierna JxC habrá internas para disputar la intendencia.
Las pocas excepciones que rompieron la regla
Como se anticipó, dentro de las excepciones sobresale Vicente López y Villa Pueyrredón. Rodríguez Larreta y Bullrich acordaron darles la boleta de ambos a los intendentes Soledad Martínez y Guillermo Montenegro. A cambio, los intendentes prometieron “equilibrio” y “equidistancia” en la competencia presidencial.
Otro punto que movió el avispero de los intendentes fue la tensión en los cierres de listas. Maximiliano Abad, que sonó como candidato a vicepresidente de Bullrich hasta pocos días antes de la presentación de candidaturas, se convirtió en el candidato a senador nacional bullrichista. El acuerdo implicó que Abad garantice lealtad de los intendentes bonaerenses que reportan al Comité provincial de la UCR que él legislador preside.
Chacabuco, Lincoln, Arrecifes y La Madrid son distritos radicales del interior que estaban alineados con Bullrich. No obstante, el día del cierre de listas se comunicaron con Santilli y saltaron de vereda. Firmaron como candidatos a intendente del larretismo, sin la boleta de la ex funcionaria.
En los búnkers partidarios de ambos precandidatos observan un escenario parejo, con una interna “muy competitiva”. En ese contexto, quien logre llenar más urnas en la provincia de Buenos Aires, tendrá posibilidades ciertas. Será voto a voto.