Surge de un relevamiento entre 250 jóvenes que cursan las prácticas médicas. Los datos finales del relevamiento van a presentarse en un congreso de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC)
Según cifras preliminares de una encuesta sobre 250 médicos residentes en Cardiología, más de 8 de cada 10 (83%) pensaron en la posibilidad de emigrar del país para ejercer su profesión en otros mercados. Precariedad, malas condiciones laborales, escasa contención, sueldos bajos y una elevada carga de horas de trabajo son algunas de las razones que están detrás de esta dinámica.
Estas conclusiones surgen de un relevamiento realizado por el Consejo de Residentes en Cardiología (CONAREC) en noviembre de 2022.Los resultados completos del informe serán presentados en el próximo Congreso Argentino de Cardiología, que se realizará en octubre, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Entre otros valores preliminares que surgieron de la encuesta, casi el 40% de los residentes reconoció que trabaja en promedio más de 80 horas semanales; 3 de cada 10 recibían al momento del relevamiento un sueldo inferior al salario mínimo vital y móvil; y el 30% no disponía de un lugar para descansar durante las guardias. Además, un número cercano a uno de cada 3 corresponde a médicos de otros países, mayoritariamente de Latinoamérica, que cursaron la carrera en la Argentina.
Según el doctor Mario Fitz Maurice, algunos profesionales pasan guardias de hasta 24 horas (Getty)
“Estos, y otros valores, que se presentarán oficialmente en octubre, nos muestran a las claras la falta de motivación que tienen nuestros profesionales médicos para quedarse haciendo carrera en nuestro país. Luego de 6 o más años de carrera y de 4 años de residencia, nos encontramos con un médico muy formado al que, sin embargo, el sistema no le ofrece posibilidades de crecimiento profesional ni económico acordes al esfuerzo y a la capacidad demostrada”, afirmó el doctor Lucas Campana, presidente del CONAREC.
“La precarización, muchísimos aspectos de no respeto al profesional y la necesidad de participar en múltiples trabajos para acceder a un sueldo digno son un reflejo del deterioro general del sistema de salud en la Argentina y las residencias no escapan a esta situación”, sostuvo, por su parte, el doctor Ricardo Iglesias, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
“La residencia médica se define conceptualmente como un sistema de aprendizaje supervisado y, si por motivos que hacen a la coyuntura económica los educadores y los educandos no pueden trabajar en conjunto, el médico de planta (educador) no va poder estar supervisando, orientando, ni siendo modelo para los más jóvenes que están en formación”, completó Iglesias.
En tanto, para el doctor Alberto Alves de Lima, médico cardiólogo, ex director del Área de Docencia de la Sociedad Argentina de Cardiología, “es necesaria una ley que regule el marco del trabajo de los residentes, porque en la práctica no son ‘estudiantes’, ya que tienen matrícula para su desempeño con responsabilidad legal, pero tampoco son trabajadores tradicionales, porque su trabajo requiere supervisión en diferentes niveles y es un proceso de aprendizaje supervisado que se da sólo muy parcialmente”.
Para Alves de Lima, muchos residentes trabajan cotidianamente en un «escenario desfavorable» (Cuartoscuro)
“La tarea de gestión del talento de un residente es una mesa de 3 patas: propósito, reconocimiento profesional y remuneración. El propósito es muy vocacional y es una característica propia del residente que lo llevan adentro, pero la remuneración no es acorde y no le permite resolver sus necesidades básicas, mientras que el reconocimiento está en crisis: prácticamente no hay supervisión. La falta de supervisión, jornadas extenuantes, enorme responsabilidad legal y baja remuneración constituyen un combo que atenta contra el interés de los profesionales jóvenes en acceder a una residencia”, completó Alves de Lima.
Mientras que el doctor Iglesias postuló: “Los médicos de Latinoamérica vienen a nuestro país por varios motivos: por el prestigio argentino en educación médica, porque la formación aquí es gratuita, mientras que en sus países suele ser muy costosa y compleja, y también porque para ellos vivir en Argentina es muy económico”.
En esa línea, el doctor Campana consideró que no hay “ningún inconveniente en que se incorporen extranjeros a las carreras de grado y a las residencias médicas de nuestro país. El problema radica en que luego de formarse, sean argentinos o no, emigran porque ven mejores posibilidades de desarrollo en el exterior”.
Se estima que en nuestro país se producen unas 290 vacantes de residencias en cardiología anualmente (total país, incluyendo instituciones públicas y privadas). Sobre ese total, históricamente se seleccionaban los postulantes sobre una cantidad de inscriptos 5 o 6 veces superior; sin embargo, en los últimos años esa relación fue cambiando y, actualmente, se inscribe apenas el doble de potenciales interesados respecto de la totalidad de vacantes disponibles.
Durante las residencias médicas, es fundamental el aprendizaje supervisado en un entorno constructivo y sin maltratos (Getty)
En Argentina, la Ley 22.127 establece que el Sistema Nacional de Residencias del Equipo de Salud será el encargado de regular y garantizar la actividad de los residentes médicos nacionales. Entre otras cosas, la normativa promueve que el residente debe poder transitar su proceso de formación de forma adecuada y favorable.
En opinión del doctor Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo especialista en arritmias, ex director del Consejo de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Argentina de Cardiología, “las precarias condiciones de trabajo, sus bajas remuneraciones, las guardias de 24 horas y el destrato generalmente recibido, no solo por los médicos a cargo, sino también por los pacientes que creen que los residentes no son médicos, no permiten garantizar sus actividades en condiciones adecuadas como lo menciona la ley. Mirar para otro lado ante este problema es permitir apagar el motor de la mayoría de las instituciones de salud con sus terribles consecuencias, mientras que fortalecer el sistema de residencias es fortalecer la salud”.
Otro tema candente en este contexto es el de la violencia y el maltrato. Sobre este punto, Alves de Lima consideró: “La violencia tiene mucho que ver con el modelo jerárquico de funcionamiento de los médicos. Lo interesante es que, de los 6 primeros perpetradores de maltrato, 4 son del equipo de salud: residentes superiores, jefe de residente, médico de planta y personal de enfermería. Los otros 2 son los pacientes y los familiares. Esta situación se suma al escenario desfavorable del día a día en la jornada laboral del residente”.
Desde la Sociedad Argentina de Cardiología concluyeron que debe ser “una preocupación primordial que todo el sistema de salud priorice las políticas que correspondan para prestigiar la formación médica y la jerarquización profesional. De lo contrario, la adecuada y eficiente atención de la población estará en grave riesgo en un futuro muy cercano, si es que ya no lo está”.