Que sí, que no, que ni. A la hora de la verdad, el diputado nacional Omar de Marchi confirmó que será candidato a gobernador de Mendoza por un nuevo frente político, y así confrontará con la coalición que sostendrá la candidatura del senador radical y ex mandatario de esa provincia, Alfredo Cornejo.
Las negociaciones para tratar de evitarlo duraron largas semanas, e involucraron a la conducción nacional de Juntos por el Cambio, que tomó partido por Cornejo en atención a los reglamentos internos de la coalición que le garantizan la candidatura ejecutiva a alguno de los partidos miembro cuando ya vienen gobernando una provincia.
De Marchi no sólo pertenece al ala larretista de Juntos por el Cambio, sino que venía desempeñándose como armador de su candidatura nacional. Por más que el alcalde porteño le instó públicamente a desistir de su decisión de confrontar por la gobernación por fuera de Juntos por el Cambio, acatando la decisión de la Mesa Nacional de la coalición, el diputado se mantuvo en su posición.
“La opción es una sola, hay una única decisión irreversible: seré candidato a gobernador de la provincia de Mendoza”, anunció De Marchi en su cuenta de Twitter. Ahora el PRO debería intervenir el partido, según la advertencia que se le formuló oportunamente. Esta determinación pondrá a la competencia entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta al borde del estallido.
La presidenta del PRO no parece tener duda alguna sobre el cumplimiento de su amenaza, y desde su entrono aseguran que eso está justificado porque De Marchi “no cumplió” con su palabra de dar un paso al costado. Mientras tanto, no hubo declaraciones al respecto del resto de las autoridades partidarias, pero la decisión ya estaría tomada. E incluso el interventor, Humberto Schiavoni.
La decisión de De Marchi le permitiría a Cornejo volver a reunir en su entorno a otras agrupaciones provinciales, como el Partido Demócrata y la Coalición Cívica, que hasta ahora mantenían distancia respecto del actual gobernador, Suárez, y de Cornejo.
Sin embargo, existe el riesgo cierto de que esta medida podría terminar poniendo en riesgo la unidad de Juntos por el Cambio, en lo inmediato o después de las PASO, cuando la facción derrotada en la interna nacional –sobre todo si es la liderada por Bullrich- sólo aportará su apoyo y sus sufragios de manera muy recortada al proyecto de quien resulte vencedor.
Con este panorama, Javier Milei es el primero en frotarse las manos. Y para el Frente de Todos no deja de ser una buena noticia, de las que poco abundan por estos días.