0
0
Días atrás, se supo que una escuela de Lomas de Zamora no da clases por problemas estructurales que nadie pareciera dispuesto a solucionar. El panorama se extiende por toda la provincia. “Nos preocupan los gastos superfluos del ejecutivo”, aseguraron desde el sector escolar.
El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, se lanzó a un multimillonario gasto en desayunos que serán servidos en la sede central del organismo en las próximas semanas. La medida le valió críticas del sector educativo, que la consideró “un gasto superfluo en un contexto de crisis”.
Sileoni aprobó el expediente de compra 489-6709-PAB23, que incluye 400 envases de café molido, 150 cajas de azúcar, 300 de adulcorante, 400 cajas de té, 400 vasos y 15 mil cubiertos plásticos, además de leche y varillas revolvedoras.
La decisión del director general bonaerense no fue bien recibida por las autoridades de los colegios provinciales. Lejos de los lujos de Sileoni, los institutos educativos naufragan en una crisis que pareciera nunca acabar.
Recientemente, se supo que una escuela pública de Lomas de Zamora no imparte clases desde hace más de dos semanas debido a problemas de infraestructura. La escena se repite en numerosos colegios de todo el territorio bonaerense. Techos que se vienen abajo, paredes descascaradas y plagas de roedores ya son parte del día a día para los alumnos de la provincia.
A pesar que el gobierno de Axel Kicillof ha ensayado varias respuestas a la problemática de las escuelas provinciales, desde el sector las consideraron “insuficientes” y “mal planificadas”. En este contexto, la medida de Sileoni cayó como un balde de agua fría.
De acuerdo al pliego de la polémica licitación, Sileoni prevé utilizar el té y el café en reuniones que mantendrá con sus funcionarios en la sede central. “Se trata de reuniones correspondientes al salón Albergucci”, aseguraron desde la dirección general de Cultura y Educación, en referencia al espacio que el organismo tiene en la ciudad de La Plata.
Lejos de un espacio para esbozar soluciones a la agobiante situación de la educación bonaerense, el salón Albergucci ha sido utilizado como sede de apertura de licitaciones, actos gremiales y la presentación del libro “La educación en el gobierno peronista”, entre otras cosas.
