Tras el cierre de listas, los radicales que acordaron con Patricia Bullrich reconocen que falta negociar el rol del partido centenario en el armado nacional y apuestan a que se inicien negociaciones. Del otro lado, los moderados se incomodan con los nombres de Espert y Hotton en territorio bonaerense
Una incomodidad atraviesa a todos los dirigentes de la UCR que integran las dos listas nacionales de Juntos por el Cambio: los liberales que encabezan las nóminas de Horacio Rodríguez Larreta y el discurso duro de Patricia Bullrich. Si bien Gerardo Morales logró establecer una alianza con las palomas del PRO que garantizará un futuro gobierno de coalición, no pudo evitar que José Luis Espert y Miguel Ángel Pichetto sean los candidatos a senador y diputado por la provincia de Buenos Aires, respectivamente. Del otro lado, el Grupo Malbec logró hacerse fuerte en el territorio bonaerense con el armado de Maximiliano Abad, pero le queda un desafío importante: negociar con los halcones la participación en un posible Gabinete que unifique un programa y un discurso. Una de cal y una de arena.
El partido centenario llegó al cierre de listas del pasado sábado 24 de junio sin candidato a presidente. Un dato que ya se vaticinaba hacía más de un año. Con ese escenario, los máximos dirigentes radicales iniciaron las negociaciones con los halcones y las palomas del PRO. Gerardo Morales tenía un objetivo claro: lograr un armado con Rodríguez Larreta que expresara una coalición con previsibilidad para la construcción de un futuro Gabinete. Sin embargo, según se pudo saber, la presencia de Espert y Cynthia Hotton en la nómina para senadores generó malestar entre los correligionarios aliados al gobernador jujeño.
“En nuestra lista está todo el arco de Juntos por el Cambio”, se defienden en el entorno de Morales al repasar a los líderes de los espacios que se sumaron al armado del jefe de Gobierno porteño, entre ellos, Margarita Stolbizer (GEN), Elisa Carrió (Coalición Cívica) Pichetto (Encuentro Republicano Federal) y Espert (Avanza Libertad). En ese sentido, llaman a tener “tolerancia” dentro de la coalición pero con un compromiso hacia adelante: “El eje conductor del espacio va a ser la centralidad y no los extremos”.
Los dirigentes radicales y liberales que acompañan la lista de Horacio Rodríguez Larreta presidente
Los correligionarios cercanos a Morales reconocen que los espacios importantes que le dieron a los liberales tiene que ver con una estrategia para ampliar Juntos por el Cambio, pese a que tienen ideas y reflexiones distintas sobre las problemáticas del país y sobre cómo deben resolverse. En sus ejemplos están el caso de Hotton, una reconocida referente de la campaña por “las dos vidas”, y Silvia Lospennato, militante por el derecho al aborto. “Ampliamos la base de sustentabilidad política. No pensamos lo mismo de todo pero predomina la centralidad que se refleja en la fórmula”, reflexionan en el Comité Nacional.
Los moderados de Juntos por el Cambio persisten en la idea de incorporar a Juan Schiaretti a la coalición. Sin perder de vista la posibilidad de volver a generar un conflicto con los candidatos de Córdoba, justifican su insistencia: los tres senadores que tiene el gobernador y que les serviría para lograr la mayoría en la Cámara alta. “Del otro lado predomina el extremo, no predominan las ideas del radicalismo. Están más cerca de Milei”, apuntan desde el equipo de Morales al Grupo Malbec.
Es que el Grupo Malbec enfrenta otras fortalezas y debilidades. Por empezar, el compañero de fórmula que eligió Bullrich no cuenta con el apoyo y la representatividad de la UCR que Morales le otorga a Rodríguez Larreta. “Luis Petri es un radical sin estructura y no representa al partido centenario”, es la descripción que hacen propios y ajenos sobre el mendocino. En contraposición, en la provincia de Buenos Aires se llegó a un acuerdo -a través de Maximiliano Abad- que potenció a los dirigentes del interior y que, de ganar las elecciones, podría aumentar la cantidad de legisladores.
Los dirigentes de PRO y la UCR que acompañan a Patricia Bullrich
En caso de que Abad gane la banca en el Senado, la UCR tendría un senador por la provincia de Buenos Aires después de más de 20 años. El último que asumió ese lugar fue Raúl Alfonsín en el 2001. Según pudo saber Infobae, el marplatense logró retener el 80% de los intendentes radicales bajo el ala de Bullrich, postuló a Miguel Fernández como vicegobernador, sus aliados Karina Banfi y Sebastián Salvador integran la lista de diputados nacionales y cosechó un importante puñado de legisladores bonaerenses.
Si bien el ala moderada retruca con la fórmula de Diego Santilli con Gustavo Posse y las candidaturas a la intendencia de dos referentes de Evolución -Josefina Mendoza en La Matanza y Pablo Domenichini Esteban Echeverría- las figuras de Espert y Hotton son carne de cañón para el Grupo Malbec. “Nos decían que éramos de derecha y ellos van con los liberales. Esa campaña de decir que éramos de derecha fue muy tonta”, denunció un importante dirigente del partido centenario en diálogo con Infobae.
Pero entre los radicales que se alinearon con Bullrich empezó a surgir una preocupación: la necesidad de lograr un “gobierno integrado”. ¿Qué quiere decir? Que no suceda lo mismo que en la gestión de Mauricio Macri donde la UCR no logró imponer su mirada e ideas. Hay una llave que podría destrabar esa negociación: la intervención de Alfredo Cornejo y Ernesto Sanz, dos mendocinos que pisan fuerte en el partido y en las mesas de discusión. Con el armado bonaerense avanzado, entienden que en lo nacional debe haber otra conversación para diagramar el desafío que implicará la posibilidad de llegar a la Casa Rosada.