La carta por los dichos de Juan Manuel López agravó un clima interno en Juntos por el Cambio signado por los enfrentamientos. Qué dice cada sector en la intimidad. ¿Es posible una foto de unidad en Córdoba?
Quedó en la prehistoria el beso de Horacio Rodríguez Larreta en la mejilla de Patricia Bullrich. Fue el 10 de mayo pasado en Córdoba, en el lanzamiento de la candidatura a gobernador de Luis Juez. Desde entonces, ese gesto que parecía simbolizar una tregua en la feroz pelea que mantienen se fue diluyendo. Peor aún, se convirtió en actitudes más dignas de enemigos acérrimos que de rivales de una misma fuerza política. Hoy, no hay diálogo formal ni puentes tendidos entre los dos sectores.
La escalada de roces entre los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio se convirtió en una noticia destacada luego de que esta mañana se difundió una declaración de postulantes y referentes bullrichistas en la que plantean su “máxima preocupación” por afirmaciones que atribuyen a dirigentes del sector de Rodríguez Larreta que “no sólo no aportan nada a la buena convivencia democrática, sino que, además, no representan los valores de Juntos por el Cambio y lesionan las peleas que estamos dando juntos para terminar de una buena vez con el populismo kirchnerista”.
Los partidarios de Bullrich, que le pidieron al jefe de Gobierno que “inste a los miembros de su sector que mantengan nuestras diferencias internas en el ámbito democrático”, reaccionaron por declaraciones de Juan Manuel López, jefe del bloque de diputados nacionales de la Coalición Cívica, quien pronosticó que un gobierno de Bullrich podría asemejarse al de Fernando De la Rúa en 2001.
Patricia Bullrich y Carolina Losada, de campaña en Rosario
El legislador, en una columna publicada, aclaró después sus dichos radiales: “Frente a la pregunta sobre la represión, infelizmente intenté graficar mi respuesta con una. Me referí a dos series de ficción que vi recientemente, “El Reino” (segunda temporada) y “Diciembre 2001″. Relacioné directamente al precandidato Javier Milei con la primer serie, y con varias salvedades -entre ellas la lucidez y la experiencia de Patricia y los anticuerpos de Juntos por el Cambio- a Patricia Bullrich con la serie “Diciembre 2001″, nunca dije que ella iba a terminar como el ex presidente”.
Para los bullrichistas, López es una suerte de vocero de Rodríguez Larreta porque, a su vez, es un dirigente de confianza de Elisa Carrió, quien en mayo pasado le atribuyó al “sector de Mauricio Macri”, que también integra Bullrich, la idea de impulsar “un ajuste muy brutal sobre las clases medias en cuatro meses” si gana las elecciones nacionales y de promover “la noción de un orden que también es una ilusión de que hay que reprimir hasta matar, si es necesario”.
En el entorno de la ex ministra de Seguridad se quejan de que luego de esos dichos vinieron declaraciones de Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos del gobierno porteño, en las que aseguró que el lema del video de campaña de Bullrich “es todo o no es nada” es de una “concepción fascista”.Por eso, tras las opiniones de López, el bullrichismo está convencido de que “hay un plan sistemático” del jefe de Gobierno para vincular a su adversaria en JxC con la violencia y la represión.
Juan Manuel López y Elisa Carrió
Antes de difundir la declaración de sus referentes, el jefe de campaña de Bullrich, Juan Pablo Arenaza, habló por teléfono con el diputado de la Coalición Cívica para quejarse por lo “injusto” de sus comparaciones entre la precandidata presidencial con el gobierno de De la Rúa. Le recordó que ambos “trabajaron juntos” contra la resolución 125 en el Congreso durante el gobierno de Cristina Kirchner, por ejemplo, y que le constaba que Bullrich y Carrió eran “partidarias de buscar consensos”.
Esta mañana, luego de que Larreta contestó a los firmantes de la carta del bullrichismo que “nunca hizo un solo comentario ni crítica personal ni un agravio” contra otros dirigentes, López se refirió en Twitter a la postura adoptada por el jefe de Gobierno: “Lo que diga el candidato a Presidente de ‘El cambio de nuestras vidas’, quien seguramente no comparte mis expresiones, no cambiará lo que pienso, ni lo que dije. Lamento que intenten involucrarlo porque ni soy candidato ni participo de la campaña”.
“Contrario a lo que dice esa carta, mantengo mis diferencias internas en el ámbito democrático. No comparto ni la victimización ni la cancelación del debate, menos aún cuando es selectiva”, agregó.
Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta, en el anuncio de esta mañana de las propuestas en el área energética
Para los larretistas, sus adversarios internos “sobreactúan” por lo que dijo “alguien como López, que no integra el grupo de 30 voceros” del alcalde porteño y “responde a Carrió”. Y, al mismo tiempo, afirmaron que “Patricia y sus dirigentes vienen atacando a Horacio desde hace meses”.
Cerca del jefe de Gobierno recordaron que fue Bullrich la que trató a Larreta de “ventajero total, deleznable y oportunista, capaz de hacer cualquier cosa por un voto” luego de que dijo que su contrincante apuesta a un modelo duro como el que “fracasó durante el gobierno de Macri”. Y resaltaron que Larreta “no le contestó, como no responde ninguna agresión personal”.
Hay quienes creen que no es casual que esta polémica haya estallado después de las PASO de Santa Fe, donde perdió Carolina Losada, la candidata a gobernadora apoyada por Bullrich, quien atacó duramente a Maximiliano Pullaro, su adversario, al vincularlo con el narcotráfico. Incluso advirtió que si ganaba las primarias no lo iba a convocar para trabajar juntos. Los larretistas, que respaldaron a Pullaro, destacaron ahora que Bullrich, si bien no compartió las acusaciones de Losada, tampoco las desmintió ni las relativizó. “Como perdieron en Santa Fe por esa campaña sucia, ahora se hacen los angelitos -interpretaron-, pero quedó demostrado que la gente no quiere el estilo de Bullrich”.
Patricia Bullrich, este martes, en una actividad de campaña en Córdoba con Luis Juez y Rodrigo de Loredo
A 26 días de las PASO, se enrareció aún más el clima en Juntos por el Cambio. Y ninguno de los sectores contempla ningún gesto de acercamiento para flexibilizar las posiciones en la campaña, pese a que tienen comprobado que cada enfrentamiento baja la intención de voto del espacio. Aun así, existe una posibilidad de que Larreta y Bullrich construyan una postal de la unidad, aunque sea para cubrir las apariencias: ambos apoyan al radical Rodrigo de Loredo, el candidato a intendente de la ciudad de Córdoba, que competirá el domingo próximo contra el peronista Daniel Passerini, y si gana hay quienes imaginan que los dos precandidatos presidenciales podrían coincidir en los festejos.
Bullrich estuvo todo este martes en Córdoba para respaldar a De Loredo y Larreta hará lo mismo el jueves para acompañarlo en el cierre de la campaña. Hasta ahora, nadie prevé la foto del domingo.
La ausencia de mediadores y de voluntad de diálogo no permite pronósticos pacificadores para lo que resta de campaña. Y deja la peor sensación para el día después de las PASO: si se acentúa este clima bélico sin freno, ¿cómo se unirán para derrotar al kirchnerismo en las elecciones generales?