Crearán un colegio de profesionales. Los diputados aprobaron también una unidad especial de patologías de cabeza y cuello
En la sesión de la Cámara de Representantes, los legisladores aprobaron las normas que regularán el ejercicio de los profesionales en educación especial, “basados en los principios de integridad, ética, idoneidad, equidad, colaboración y solidaridad”, dice el tecto de la ley.
Aplica para las personas “con necesidades educativas especiales temporales y permanentes, contribuyendo a la efectiva garantía de sus derechos constitucionales, a la integración, la información y la equiparación de oportunidades”, añade.
Son considerados profesionales en educación especial a los docentes, profesores y licenciados con título habilitante otorgado por universidades públicas o privadas reconocidas por el Estado o extranjeras con la correspondiente revalidación. Se amplía el campo de acción del docente de educación especial, como apoyo del docente de escuela común, propiciando un proceso educativo integral, flexible y dinámico y se creará el Colegio de profesionales de educación especial.
Los legisladores aprobaron también la creación de la Unidad de Patologías de cabeza y cuello, que funcionará en el ámbito del Parque de la Salud.
Estará enfocada en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, reparación, reconstrucción y rehabilitación de pacientes con traumatismos, patologías congénitas o adquiridas, oncológicas y malformaciones que afecten la región del cráneo, la cara y el cuello en todas las etapas de la vida.
Formarán parte de la unidad especial un equipo multidisciplinario de especialistas con competencias diagnósticas, clínicas, quirúrgicas y terapéuticas en materia oncológica, plástica y reparadora, traumatología, otorrinolaringología, anátomo-patológicas, nutricionales, biopsicosociales y otras especialidades cuya incumbencia, refiera al objeto de la ley.
En la semana del 27 de julio de cada año se instituye como la de la lucha contra el cáncer de cabeza y cuello.
Declaraciones
En el recinto se aprobó la incorporación como área natural protegida, con categoría de reserva de usos múltiples, a las cuencas hídricas del territorio provincial, cuyas vertientes tengan su descarga en el río Paraná.
La norma pretende proteger los espacios que constituyen muestras de grandes ecosistemas terrestres, ríos, arroyos, paisajes y formas de relieve singular.
El afluente tiene un recorrido desde la desembocadura del río Iguazú hasta la desembocadura del arroyo Itaembé de 380 kilómetros. Se lo clasifica como río aluvial, porque transporta en su caudal sedimentos, tanto por arrastre como suspendidos en el agua, que transforman constantemente su propia morfología generando bancos e islas.
Las cuencas y los ecosistemas formados en todo el recorrido, son de gran relevancia en la promoción y preservación del equilibrio ecológico de las zonas en las que se ubican.
También declararon patrimonios históricos, culturales y espirituales de Misiones, a la capilla Santuario de Santa Rita de Casia, ubicada en Caraguatay y al parque temático Jardín Bíblico de Oberá.
El primero es un templo rústico en color ladrillo, fue construida por iniciativa del vecino y propietario de las tierras donde se encuentra ubicada, el uruguayo Camilo Aguiar.
La fecha para conmemorar el aniversario del lugar es el 22 de mayo desde 1926, año de su fundación.
El jardín obereño en tanto, tiene características para constituirse en un lugar de peregrinaciones de todos los credos.
Proyectan laboratorio que detecta residuos
El laboratorio propuesto se enfocaría en prevenir la presencia de residuos farmacológicos, zoosanitarios y fitosanitarios en alimentos tanto para consumo humano como animal,
Buscará además coordinar actividades con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, establecer convenios con organismos e instituciones y emitir informes periódicos al Ministerio de Salud Pública.
La diputada Mabel Cáceres destacó la importancia de este laboratorio en términos de seguridad alimentaria y salud pública. Señaló que la falta de un laboratorio de este tipo, que ha llevado a casos de enfermedades causadas por residuos de fármacos y químicos en alimentos, será esencial para detectar bacterias.