Además, la mayoría considerá que estas asistencias deben estar en manos del gobierno nacional y manifestó un alto nivel de rechazo a los dirigentes de los movimientos sociales
De acuerdo con una encuesta realizada a nivel nacional, casi el 80% de los argentinos de clase media está poco o nada de acuerdo con los planes sociales y una gran parte de ellos vincula estas asistencias que brinda el Estado con palabras como “vago” y considera “necesario” que se transformen en trabajo.
Así surge de un estudio elaborado en conjunto por las consultoras Trespuntozero y Grupo de Opinión Pública (GOP) entre el 1 y el 11 de julio pasado, sobre un universo de 1800 personas, todas mayores de 16 años y residentes en hogares particulares con acceso a internet desde PC hogareña o teléfono móvil inteligente.
Para este trabajo se consideró como de clase media a aquellos individuos que cumplían con los criterios de ocupación y nivel de estudios que utiliza la Sociedad Europea para la Opinión y la Investigación de Mercados para esa categoría.
El documento, que tiene un nivel de confianza del 95% y un error muestral de más o menos el 2,3%, reveló que el 79,8% de este grupo de la sociedad está poco o nada de acuerdo con los planes sociales, mientras que solo el 18,4% está muy o bastante de acuerdo con ellos.La visión sobre los planes sociales
Asimismo, el 41% de ellos consideró que el Gobierno debería eliminarlos y el 28,5%, que tendría que reducirlos, al tiempo que el 25,7% opinó que las autoridades nacionales tendrían que controlar los que ya existen y el 3,1 pidió aumentarlos.
Cuando se les preguntó a los encuestados cuál es la primera palabra que se les viene a la cabeza cuando piensan en los planes sociales,las más comentadas por la clase media fueron “vago”, “vagancia”, “robo”, “ayuda”, “trabajo social”, “corrupción”, “planes” y “clientelismo”, entre otras.Las palabras con las que vinculan las personas de clase media los planes sociales
Sin embargo, si se separa las respuestas según a qué espacio político votó cada uno, aquellos que los hicieron por el Frente de Todos contestaron palabras como “ayuda”, “trabajo”, “necesario”, “mal”, “vagos”, “bien”, “social” y “pobreza”.
En cambio, en el segmento de los que votaron por Juntos por el Cambio predominaron las definiciones negativas y se sumaron conceptos como “curro”, “estafa”, “parásitos”, “desastre” y “asco”.
Asimismo, el total de la clase media manifestó un fuerte rechazo hacia los principales dirigentes de los movimientos sociales: la lista la encabeza el líder del partido Miles, Luis D’Elia, con una imagen negativa del 73,9%; seguido por los referentes del Movimiento Evita Emilio Pérsico, con una del 58,8%, y Fernando “Chino” Navarro, con 55,5% desaprobación.
También se encuentran el integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Juan Grabois, con una imagen negativa del 53,7, y el principal exponente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, con una del 42,7 por ciento.La imagen de los principales dirigentes sociales
Al referirse a la posibilidad de convertir los planes sociales en trabajo, el 55% de este grupo opinó que “es algo necesario” y que “se puede realizar”; el 34,4% también dijo que es algo necesario, pero “que no se va a poder realizar”; el 7,4% no lo consideró necesario y el 3,2 restante no respondió.
Por último, el 38,4% de los argentinos de clase media sostuvo que estas asistencias es mejor que sean administradas por el Gobierno nacional, al tiempo que 15,9% preferiría que lo hagan los municipios; el 13,3, las provincias; el 3,9, las organizaciones sociales, y el 28,5 que queda no tuvo una definición sobre esto.
Como conclusión, las consultoras explicaron que los planes sociales para los votantes de Juntos por el Cambio, “si bien por momentos aparecen como un factor necesario para garantizar la estabilidad social, los planes sociales son mayormente rechazados y señalados como un elemento que alimenta la vagancia y el clientelismo político”.
En tanto, para los que apoyaron al Frente de Todos en las elecciones “no son el modo ideal de solucionar los problemas económicos pero son un parche que le permite a muchos sobrevivir”, por lo que no los repudian y “hasta que se sostenga la crisis, son vistos como necesarios”.