La vicepresidente aseguró que la inflación es el «excedente de la ganancia de los empresarios», sin darse cuenta que ella misma se transformó en una voraz emprendedora cuyos productos superaron ampliamente al incremento de precios publicado por el INDEC.
A pesar de que la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner negó enfáticamente que su libro Sinceramente se trate de una autobiografía, asegurando que sólo “es una mirada y una reflexión retrospectiva para desentrañar algunos hechos y capítulos de la historia reciente”, la dirigente del Frente de Todos aprovechó la prosa de su escritor fantasma para limpiar su alicaída imagen.
El libro, sin lugar a dudas, fue un récord de ventas. La primera edición se agotó tan sólo en su primera semana y se transformó en el libro más vendido en su lanzamiento, aquel 26 de abril de 2019. Actualmente, continúa vendiéndose de forma continua y, aún hoy, hay presentaciones organizadas por agrupaciones kirchneristas para leer sus historias.
Sin embargo, y a pesar de las críticas de Cristina Fernández a la inflación que, según su parecer, se trata sólo de un producto de la avaricia y la codicia de los empresarios, ella misma hizo gala del incremento de precios superando incluso las cifras arrojadas por el INDEC.
En efecto, mientras al comienzo de su primera tirada el libro Sinceramente se vendía a un costo de 598 pesos, para el 2021 ya había alcanzado el oneroso precio de 2.500 pesos. Hoy, se consigue en las librerías a unos 4.399 pesos, en doce cómodas cuotas de 747,79 pesos, para aquel que no pueda comprarlo en un solo pago.
Mientras la inflación en el 2019 fue de 53,55 por ciento, el libro de Cristina Kirchner ese mismo año ya había aumentado más de un 100 por ciento. La avidez por el dinero de las regalías y “los excedentes de ganancias empresariales”, como ella misma identificó a la inflación, la llevaron a un 300 por ciento para el año 2021.
Hoy por hoy, mientras el país se vio afectado por un incremento de precios del 210 por ciento desde la fecha del lanzamiento, Sinceramente sufrió una inflación del 636 por ciento. Como suele suceder en los líderes populistas, las autocríticas parecieran brillar por su ausencia. La inflación sólo es mala, claro está, cuando viene del otro lado