La verdadera historia del artículo de Sputnik sobre Argentina

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“No es una nota oficial de Sputnik, es una nota de opinión, no la firmó un editorialista, es un texto totalmente adjetivado y tampoco viene de la sede de América Latina”, aseguró una fuente de la agencia.  La posición de la Cancillería argentina. 

A la mañana temprano, la noticia estaba en todos los portales argentinos: Sputnik, la agencia oficial de noticias rusa, tenía un artículo en su portada que calificaba de «traidor e hipócrita» al presidente Alberto Fernández, hasta en títulos. Fronteras adentro,, el texto fue interpretado por los medios opositores como respuesta a las declaraciones públicas de Fernández en su gira europea mientras el Gobierno lo minimizaba. “Es una opinión periodística, la Cancillería no hace comentarios sobre eso”, dijeron en torno al ministro Santiago Cafiero. Fronteras afuera, la sede latinoamericana de Sputnik buscaba infomación en Moscú sobre la publicación de la nota. “No es una nota oficial de la Agencia, es una nota de opinión, no la firmó un editorialista, es un texto plagado de adjetivos y tampoco viene de América Latina”, respondieron desde dentro de la agencia.

¿Por qué salió el artículo? Se transformó en la pregunta más importante. La misma fuente de la agencia consultada está más inclinada a creer que se trató de un error involuntario de alguien que activó la nota desde el otro lado del mundo sin considerar el impacto político que alcanzaría. «Ya sucedió en otras ocasiones. Sucedió con Evo Morales, cuando se generaban conflictos internos preparatorios del golpe que llegaría con las elecciones y la Agencia los leyó como ‘reivindicaciones populares’ sin entender la posición del gobierno boliviano». 

En este caso, también sorprendió el momento de la publicación. La misma fuente lo expresa analíticamente: “Es raro que Rusia quiera comprarse otra pelea, si algo no puede permitirse en este momento es patear posibles aliados, en ese sentido no sería lógico una declaración de esta naturaleza”.

¿Qué dice la nota?

La nota lleva la firma de Javier Benítez, con una lectura del conflicto en Ucrania bastante difundida en la izquierda pro-rusa de la región. “El nivel de traición del presidente argentino hacia su par ruso está fuera de duda y fuera de concurso. Y es que luego de que Rusia haya sido la gran ayuda de Argentina al suministrarle vacunas Sputnik V para combatir la pandemia, algo que el mismo Fernández en su visita a Moscú el pasado mes de febrero, ha reconocido en la cara del presidente, Vladimir Putin, y tras la ‘hazaña’ del mandatario argentino de impulsar la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos, ahora se despachó a gusto en su visita a Alemania”.

A continuación resalta un tuit de Fernández, y el uso de la palabra inmoral, que el Presidente utilizó en la conferencia de prensa con el canciller Olaf Scholz en Alemania. ”Es tan literal –dice Benítez–, que no deja ningún margen a la interpretación: ´Ha sido grato encontrarme con Olaf Scholz, canciller federal de Alemania. Vemos con preocupación las consecuencias de la agresión a Ucrania y cooperaremos en la búsqueda de caminos para ponerle fin. Después del padecimiento que vivimos, es inmoral que algo así suceda”.

El texto de Benítez se pregunta si todo fue por un par de monedas y cuestiona la decisión de ofrecer alimentos y energía a Europa, commodities que antes llegaban de Rusia. También recurre a la ironía y destaca que esa oferta la hace un presidente “con un 37,3% de población bajo la línea de pobreza y donde muchos millones no acceden a alimentos”.

¿Por qué la agencia publicó el artículo?

Según las fuentes consultadas por este diario, la nota no expresaría la posición editorial de la agencia. Sin embargo, fue difundida por ella. ¿Por qué? La respuesta más benévola de quienes conocen la agencia es que se trató de un error de lectura en cuanto al impacto político. “La persona que edita no podría titular una nota de esta manera, con una adjetivación a un presidente, por ejemplo”, explican. Otra lectura posible es que «la dejaron pasar, por error o no, pero la publicaron y si la dejaron pasar es porque tienen una astilla clavada», agregan.

Voluntaria o involuntaria, las fuentes consultadas coinciden en que la nota no parece hacerle grandes favores a Rusia. “No percibieron el impacto de pegarle a Alberto con un artículo que tiene una lectura que puede hacer la izquierda pro-rusa con un efecto que podría agudizar la enemistad con Putin, que es finalmente lo que quiere la derecha”, concluyen.

El lugar de Alberto Fernández

El mundo no está fácil. Y Alberto Fernández tampoco. Durante la gira, los medios le preguntaron en cada parada por su relación con Moscú y por qué había estado con Putin 20 días antes del conflicto. Fernández dijo lo obvio: que cuando viajó a Moscú el conflicto no se había desatado. Pero Putin es «el mal» en Europa. Y la guerra parte de la agenda caliente de todos los días.

«Alberto Fernández intenta no tener alineamientos políticos automáticos, una posición que sacó a pasear durante la gira aunque con cierta torpeza declarativa», dice un especialista en relaciones internacionales que habla habitualmente con funcionarios y prefiere no dar su nombre. «El gobierno tiene adentro, además, posiciones en direcciones divergentes: unos tiran para un lado y otros para otro, a veces de manera errática. Fernández intenta consensuar las diferentes posiciones internas; y en medio también está la crisis geopolítica. Todo eso da por resultado que le pegan por derecha y por izquierda», sigue el mismo analista. Un artículo como este, es parte de esos resultados. Lo mismo son las editoriales del fin de semana que pegaron por el otro.

El 11 de mayo, el Presidente estuvo con el canciller Scholz. Dieron una conferencia de prensa en la sede del gobierno federal. “Coincidieron” en condenar «la agresión» militar de Rusia a Ucrania y Fernández habló de inmoralidad. «Esta guerra es una inmoralidad, sobre todo después de una pandemia. Tenemos que encontrar una solución pacífica», dijo. Hablaron también de la suba de precios internacionales de los alimentos y la energía. Scholz definió a la Argentina como “un socio confiable” y le agradeció ponerse del lado de las “víctimas”.

Como antes lo había hecho Pedro Sánchez en España y luego Emmanuel Macron en París, Scholz también buscó el momento para recordar que Argentina votó a favor de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. 

En Europa, Fernández se vistió de Presidente de la Celac, el organismo al que ofreció como una posibloe vía de diálogo entre las partes. En la Argentina, el ofrecimiento fue inmediatamente ridiculizado. «La Celac tiene adentro a Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, países alineados con Rusia», recordaron desde la prensa el fin de semana: “Sánchez, Scholz y Macron agradecieron el ofrecimiento diplomático del presidente argentino, pero no lo tomarán en cuenta (…). Juegan al lado de Putin y no votarán una sola resolución que coloque a Rusia como lo que es: un Estado que viola sistemáticamente los derechos humanos en Ucrania”.

Más allá de lo lejano que aparece que la Celac pueda tener algún lugar mediador en la crisis europea, el argumento elegido por los medios opositores no parece el mejor. En la Celac conviven países que se niegan a condenar a Rusia con otros que lo han hecho en forma activa. Justamente esa indefinición es la que podría permitir que las dos partes en conflicto acepten una gestión de buenos oficios. 

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