Cristina Kirchner dio señales de tregua y crece la presión por una “mesa política” en el Frente de Todos

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En medio de la crisis del oficialismo, la Vicepresidenta encabezó un acto en El Calafate. Se desligó de la renuncia de Martín Guzmán y avisó que no “va a revolear” a ningún funcionario, pero advirtió: “Ayudar no es callarse la boca”.

Con toda la expectativa del oficialismo puesta sobre ella, Cristina Kirchner encabezó un acto en El Calafate, en su primer discurso luego de la renuncia de Martín Guzmán. En medio de la crisis oficialista, la Vicepresidenta dio una señal de cierta “tregua” condicionada, no cargó contra Alberto Fernández pero sí contra el exministro, y habló de “acuerdos”, mientras crecen las presiones para el armado de una “mesa política” dentro del Frente de Todos.

El principal apuntado de la jornada fue precisamente Martín Guzmán. La Vicepresidenta no solo lo acusó de “irresponsable”, sino lisa y llanamente de “desestabilizador”. “Un gesto de inmensa ingratitud con el Presidente. Yo no voy a negar las diferencias con el Presidente, pero este Presidente había bancado a ese ministro como nadie, enfrentándose inclusive con las propias fuerzas de la coalición”, agregó.

En otras palabras, Cristina Kirchner responsabilizó exclusivamente al propio Guzmán por su salida del Gobierno, sin referencia alguna al año de desgaste que enfrentó el ministro de parte del sector que le responde.

Esa declaración, sin embargo, colisionó -palabra resonante en las últimas horas- con otra que había dicho la propia Vicepresidenta minutos antes: “No voy a revolear a ningún ministro, quédense tranquilos”, avisó, cuando hablaba del ministerio de Desarrollo, que hoy comanda Juan Zabaleta.

Cristina Kirchner encabezó un acto en El Calafate, tras la salida del ministro de Economía Martín Guzmán (Foto: FdT).
Cristina Kirchner encabezó un acto en El Calafate, tras la salida del ministro de Economía Martín Guzmán (Foto: FdT).

El mensaje es claro: Cristina Kirchner sabe que tiene el poder para revolear ministros. Sucedió con todo el cambio de gabinete tras la derrota electoral del 2021 y recientemente con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

Por otra parte, en línea con la estrategia de despegarse de su propio Gobierno, la Vicepresidenta no hizo ni una referencia, ni dio ningún mensaje de respaldo a la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis.

El discurso fue en la cuna del kirchnerismo, Santa Cruz, y estuvo acompañada por el intendente K de El Calafate, Javier Belloni, la gobernadora provincial Alicia Kirchner y el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk.

Cristina Kirchner junto al exministro de Economía, Martín Guzmán. (Foto: Presidencia).
Cristina Kirchner junto al exministro de Economía, Martín Guzmán. (Foto: Presidencia).

El resto de su discurso giró sobre durísimas críticas al macrismo y al Gobierno de Cambiemos, un análisis de la crisis cambiaria que atraviesa el país, críticas a los medios de comunicación, y dardos contra la Ciudad de Buenos Aires, en medio de la pelea entre el distrito gobernado por Horacio Rodríguez Larreta (PRO) y la Nación por la coparticipación.

Tregua con condiciones y la presión por una “mesa política” en el Frente de Todos

Aunque dio una señal de tregua -al advertir que no revoleará a ningún ministro y al evitar lanzar como hasta ahora durísimas críticas contra el presidente Alberto Fernández- la Vicepresidenta también puso condiciones.

“Créanme, yo quiero ayudar. Pero ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre debajo de la alfombra. Se ayuda diciendo la verdad. Y si estoy equivocada que me convenzan. A mi con argumentos y razones me llevan a cualquier lado, a las trompadas y cachetadas a ningún lado, que lo sepan todos”, advirtió.

El discurso, calculado, de la Vicepresidenta llegó mientras crecen las presiones internas en el Frente de Todos para configurar una “mesa política” en la que dirimir las internas, pero también la orientación política del Ejecutivo.

La idea la había reflotado este jueves, Eduardo “Wado” de Pedro, en un evento con los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. “Todos queremos en el Frente que haya una mesa política, como tiene Cambiemos, donde se pueda dialogar sobre las cuestiones que hacen a las coaliciones”, sostuvo el ministro de Interior, el funcionario nacional más cercano a Cristina Kirchner.

En medio de rumores sobre posibles nuevos cambios en el gabinete nacional, la Vicepresidenta retomó el contacto en los últimos días con Alberto Fernández: hablaron por teléfono el domingo, antes de designar a la nueva ministra, y se vieron dos veces, el lunes y el miércoles.

Sergio Massa, junto a Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la apertura de sesiones del Congreso en marzo. (Foto: AFP/Matías Baglietto).
Sergio Massa, junto a Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la apertura de sesiones del Congreso en marzo. (Foto: AFP/Matías Baglietto).

También está en el centro de las conversaciones el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que estuvo a punto de sumarse al gabinete el fin de semana, participó del encuentro entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner del miércoles -que el Gobierno niega- y este viernes volvió a reunirse con el Presidente en la Casa Rosada y también con “Wado” de Pedro.

El sector que responde a la Vicepresidenta y el que responde a Sergio Massa venían presionando hace meses con la conformación de una “mesa política” que institucionalice al Frente de Todos e incluya a todos los sectores.

Hasta ahora, según señalaron cerca del Presidente, Alberto Fernández consideró que esa mesa desdibujaría aún más su figura si estuviera abocada a definir las políticas del Ejecutivo. Pero las presiones crecen.

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