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Crece el malestar en el Instituto de Hemoterapia de la provincia de Buenos Aires, luego de que el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, desplazara a profesionales y especialistas en diversos temas de salud para copar el centro de militantes de La Cámpora.
Desde hace varios meses, quienes luchan por la salud púbica y le han dedicado años de servicio al prestigioso Instituto de Hemoterapia, se han visto afectados por el mal estado de las instalaciones, junto a las difíciles situaciones en las que deben trabajar.
Desde su llegada al gobierno, la gestión de salud de Axel Kicillof barrió con profesionales para designar a personas de desconocidos antecedentes en un área tan sensible como es este gran banco de sangre. Al mismo tiempo, designó como jefe de gabinete del mismo al abogado Lucas Vara, quien puedas adentro ahora es recordado como aquel que le disputó un despacho a una de las directoras del instituto.
La preocupación y la incertidumbre crecen entre quienes vieron crecer al centro que, según aseguran puertas adentro, “nada tuvo que envidiar a la hemoterapia de España y Francia”, por su destacada labor a nivel regional y mundial.
El creciente malestar llegó a su punto más álgido con el fallecimiento de la jefa Regional de Hemoterapia, Nora Etchenique, quien debió sortear otras cuestionadas gestiones como las de los ministros Ginés Gonzáles García, Claudio Zin, Alejandro Collia y, durante la gestión de María Eugenia Vidal, Olga Ortiz y Andrés Scarsi.
Desde el centro todavía lamentan la desvinculación de Etchenique, dada su extensa y destacada trayectoria. Mientras tanto, Kreplak pareciera querer avanzar con su plan de “cubanizar” la salud de los bonaerenses, quitándole todo su prestigio y utilizándola políticamente.
Hoy los empleados aseguran estar a la deriva, encerrados en una paradoja: no hay autoridades aptas para la toma de decisiones pero abundan las personas que se sirven de un cargo para beneficio personal, sin preocuparse por la endeble situación del sistema de salud provincial.
