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El Centro Educativo Polimodal 26 del Barrio Tacurú acaba de cumplir 15 años y desde hace 12 años debe dictar clases en una capilla, donde ni siquiera cuentan con mobiliario escolar. En 2015, les donaron un terreno, pero las autoridades no avanzaron con los trámites necesarios. “Ese es el nivel de desidia y abandono en el estamos viviendo”, expresó Liliana Tredici, Directora de la institución.
La lista de escuelas misioneras que están sumidas en condiciones deplorables parece no tener fin, en este caso, en plena capital provincial. Liliana Tredici, Directora del Centro Educativo Polimodal 26 del Barrio Tacurú de Posadas, recordó en Misiones Cuatro que la problemática viene desde el año 2008.
“Estamos en la capilla desde hace 12 años, teniendo terreno desde 2015, un terreno que logramos que nos donen. La burocracia o quizás la falta de interés de quienes deberían poner el ojo sobre nosotros y ayudarnos, es lo que hace que sigamos en las mismas condiciones y trabajando en condiciones que no son adecuadas”, manifestó.
“Estamos muy incómodos, aun así, no dejo de agradecer a la gente de la capilla y del Obispado que nos dieron una mano cuando nadie nos escuchó, cuando nos quedamos en la calle a nadie le importó, ni siquiera nos ofrecieron un alquiler. Fue la iglesia la que estuvo y lastimosamente seguimos ahí, teniendo un terreno”, resaltó.
Actualmente, tienen cinco cursos funcionando en tres salones de la capilla, con una matrícula de más de 100 alumnos este año. “Tenemos a casi la mitad de los chicos sentados en los bancos de la capilla, bancos que no tienen ni siquiera respaldo. Así es como estamos trabajando. Las autoridades que deberían acercarse, nunca jamás nos visitaron”, expresó Tredici.
Respecto a los papeles del terreno que quedaron dormidos en algún cajón, la docente reveló lo que hace falta para destrabar la situación es apenas una firma. “Se espera la firma para poder sacar el título del terreno, y pasarlo a nombre del Consejo de Educación y poder entrar en presupuesto para la construcción de nuestro edificio”, indicó.
“No soy celosa de las escuelas, simplemente creo que todos tenemos los mismos derechos. Hay tanto dinero para la Escuela de Robótica o la Escuela de Innovación que cuando tiene que salir el papel, el terreno o la autorización, sale. ¿Y nosotros?”, dijo con impotencia.
“No sé por qué el abandono. Por qué no nos tienen en cuenta con algo tan sencillo que es levantar el teléfono y decir: ‘Que salga el terreno para esta escuela’”, cuestionó Tredici.
