Si bien los primeros resultados parecieron ser auspiciosos, al final todos empeoraron, con excepción del empleo, donde el ajuste se observó en la calidad de las condiciones laborales.
Sergio Massa encarará el último tramo de la campaña electoral cargando la pesada mochila de una situación económica que precisamente no resulta un activo para su aspiración presidencial.
Cuando asumió el cargo de Ministro de Economía, en los primeros días de agosto de 2022, lo hizo con el objetivo de lograr la estabilización de las variables económicas y utilizar la gestión para erguirse como principal candidato de la coalición oficialista.
Consciente de que el principal problema de la economía argentina era la inflación, Massa buscó con las primeras medidas de gobierno atacar las “expectativas”, con lo cual bajo el paraguas de “Precios Justos” buscó que la tasa de inflación “convergiera” a la baja con el objetivo de llevarla a menos de 4% en abril de este año.
En ese plan se incluyen desde los alimentos, hasta los combustibles, cuotas de colegios y prepagas y materiales de la construcción.
Los primeros resultados fueron auspiciosos, pero cuando asomó la sequía los operadores económicos advirtieron que la falta de dólares condicionaría todo el programa y el plan entró en una espiral negativa de la que no pudo salir.
Con manotazos como el “dólar soja”, fue adelantando ingresos de divisas para cumplir con el programa con el FMI y no perder el apoyo del organismo multilateral, pero también se agotó ese canal porque la falta de lluvias fue brutal y le quitó al país unos. 20.000 millones de dólares bien contados.
En poco tiempo tuvo que recordar la misma desfinanciación que había generado. En consecuencia en los últimos seis meses el deterioro de la economía fue imparable.
Por ejemplo, el dólar blue ya cotiza en 885 pesos, triplicando el valor que tenía cuando Massa se sentó por primera vez en el Palacio de Hacienda (282 pesos).
Massa alentó de alguna manera el desarrollo de los dólares que se operan en la Bolsa de Comercio y el MEP registró en este período un alza de 206% al pasar de 276 pesos a 820 pesos. Por su parte, el Contado con Liquidación registra un alza de 214%, ya que cotiza por encima de los 914 pesos contra los 288 pesos de agosto de 2022.
Las reservas internacionales brutas se desplomaron 30% y por estos días se ubican en 26.468 millones, frente a 38.039 millones. La sangría se produjo por la caída de exportaciones, por la sequía, la necesidad de financiar importaciones y el pago de deuda en moneda extranjera. Los analistas calculan que las reservas netas son negativas en casi 6.000 millones de dólares.
Por tanto, la deuda bruta total se incrementó en trece meses cerca de 15.000 millones de dólares. El mayor aumento se produjo en la deuda en pesos (dado que está cerrado el acceso al mercado voluntario de deuda) que pasó de 67.452 a 102.353 millones de dólares, que representa un avance de 51,7%.
Por su parte, la base monetaria pasó de 4,3 billones a 6,4 billones de pesos, lo que alentó la inflación. Entre las consecuencias de este incremento, se cuenta la necesidad de incrementar la tasa de política monetaria que fue elevada de 60% a 118%, con el impacto que esto conlleva sobre el crédito para el financiamiento de la economía.
Este panorama macroeconómico disparó la inflación, que durante la gestión Massa es de 130%, aunque vale aclarar que cuando asumió era de 113% anual.
Con las tarifas reguladas ajustando por debajo de la inflación, los precios de los alimentos muestran subas desorbitadas. Por ejemplo, papa (493%), azúcar (339%), pan (163%) y fideos (149%), entre otros. Estas variaciones se observan con datos oficiales de INDEC a agosto, que seguramente ya se sobrepasaron.
A partir de este fortísimo incremento la canasta básica sufrió un alza de 155% y la canasta alimentaria se incrementó 164%, no sorprendió que en la última medición de pobreza se observara un fuerte salto de 36,5% a 40,1% comparando el primer semestre de 2022 con el mismo período de este año.
Si bien el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) -que es un pacto político de referencia entre sindicalistas, empresarios y el Gobierno- tendrá un aumento de 179%, el resto de los ingresos no evolucionaron de la misma forma y allí radica el aumento de la pobreza.
En lo que respecta al empleo, la tasa de desocupación se redujo de 6,9% a 6,2%, aunque en este caso cuando se analiza la muestra se detecta un fuerte deterioro en la calidad del mercado laboral con un incremento de monotributistas, una baja en los asalariados formales y un alza en la informalidad.
Inflación al rojo vivo
Sobre el aspecto que más corroe las economías familiares, en el último tramo los precios de los alimentos aumentaron un 12,8% promedio durante septiembre y algunos artículos, como el azúcar, lleva acumulado un incremento de 289% en los últimos doce meses, de acuerdo con un relevamiento de la consultora Focus Market.
Según ese trabajo -que se efectuó sobre 682 productos de diferentes marcas y presentaciones- todas las categorías de consumo masivo presentaron aumentos de dos dígitos el mes pasado: a los alimentos se suman bebidas (11,8%), cuidado personal (15,3%) y artículos de limpieza (17,8%).
“En dos meses, la devaluación del tipo de cambio oficial mayorista de agosto fue devorada por la inflación. Mantenemos una variación de precios muy elevada a pesar del ancla del tipo de cambio en $365 y congelamiento de combustibles, prepagas, transporte público, medicamentos, tarifas de luz y gas”, señaló el director de la consultora, Damián Di Pace.
El relevamiento arrojó que en el top 10 de los productos cuyos precios más aumentaron en septiembre (con relación a agosto) se encuentran: Puré +27,4%, Vinos +23,3%, Huevos +22,9%, Enlatados de pescado +22,7%, Snacks +21,9%, Lavandina +21,6%, Edulcorantes +21,6%, Té +21,6%, Jabón de Tocador +21,2%, y Sal +20,8%.
En tanto, los artículos que más aumentaron de manera interanual son: Azúcar +289%, Snacks +228,5%, Edulcorantes +227,2%, Cervezas +221,2%, Suavizantes +205,8%, Arroz +199,1%, Jugos en Polvo +189,2, Desinfectante +187,7%, Conservas +187,4% y Caldos +187,3%.
Mientras, entre los productos que más se incrementaron de forma acumulada en los nueve meses ya transcurridos de 2023 están: Azúcar +267,9%, Suavizantes +162,9%, Edulcorantes +159,4%, Conservas +158,1%, Huevos +157,3%, Vinos +150,8%, Jabón en barra +146%, Desinfectantes +137,5, Enlatados de Pescado +134,3% y Dulce de leche +133,7%.
Las consultoras estiman que la inflación de septiembre estará por debajo de la de agosto, que llegó al 12,8%, pero igualmente se mantendrá en los dos dígitos.
Tras la inflación de julio de 6,3 %, el índice de Precios al Consumidor (IPC) se aceleró fuerte en agosto a un rango de entre 10,7% y 12,5%, según las estimaciones finales de las consultoras privadas.
Y los analistas pronostican que el costo de vida en septiembre seguirá en dos dígitos, mientras que la proyección inflacionaria para todo el año fue recalculada hacia arriba y en algunos casos llega a 200%, la más alta desde la hiperinflación de 1990.
El sondeo de la Fundación Libertad y Progreso (L&P)y de la consultora ACM arrojó una inflación en agosto de 10,7 %, C&T Asesores Económicos y Ecolatina (ambas relevan en el Gran Buenos Aires- un 11%, y 11,2%, respectivamente, Eco Go 11,5%, PxQ 11,6%, FMyA 12%, el Centro de Estudios Orlando Ferreres, 12,2% y Equilibra 12,5%.
La inflación de agosto estuvo impulsada, por un lado, por el impacto de las cambios anunciadas a multas de julio -impuesto a importaciones y dólar agro a $340- y luego por efecto del salto devaluatorio de 22% post PASO, la suba de la tasa de interés, y la escalada del dólar blue y de las divisas financieras.
Muy lejos de los pronósticos del FMI que en su staff report contemplan una inflación anual de 120%, las consultoras corrigieron alza sus previsiones y ahora para todo el año vislumbran un rango de entre 170% y 200%.