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Tanto el ministro de Economía saliente como la ministra entrante compartieron una joven militancia en las filas de la Unión Cívica Radical. Aunque desde allí supieron cuestionar al peronismo corrupto de Carlos Menem, poco tiempo después pasarían a engrosar sus filas dando un giro de 180 grados en sus posturas ideológicas.
La elección de Silvina Batakis como ministra de Economía de la Nación en reemplazo del malogrado Martín Guzmán generó todo tipo de respuestas en amplios sectores de la sociedad, desde la aceptación hasta al rechazo visceral. Su incorporación al gabinete también recibió respuestas del sector financiero, aunque no las mejores.
Durante la mañana del lunes, ambos economistas se reunieron en la residencia presidencial para coordinar un traspaso ordenado, dentro de un caos político y económico generalizado. Pero no fue esa ocasión la primera en la que el destino los entrecruzó. Tanto Batakis como Guzmán comparten algo más que su amor por la economía: sus llamativo pasado radical.
Lejos de la retórica peronista, tanto Batakis como Guzmán supieron dedicar largas horas de su juventud militando en las filas de Franja Morada, enarbolando las ideas radicales como bandera.
A pesar de que ambos funcionarios hoy se identifican a sí mismos como “técnicos” y tratan de alejarse de los vaivenes ideológicos propios del gobierno nacional, lo cierto es que años atrás decidieron lanzarse a la arena política pero no bajo los mandatos de Juan Domingo Perón sino, muy por el contrario, bajo las fórmulas de Raúl Alfonsín: casualmente, el presidente preferido por Alberto Fernández.
Una joven Batakis se paseaba por los claustros de la Universidad Nacional de La Plata como vocal titular y encargada de Finanzas de Franja Morada durante los años 1991 y 1992. Fue bastante antes de que se decidiera a estudiar ciencias económicas, cuando cursaba la carrera de historia en la facultad de Humanidades.
Paradójicamente, allí compartió la lista con otros reconocidos radicales que hoy, sin sacar los pies del plato, cumplen funciones bajo el paraguas de Juntos por el Cambio, como el concejal Diego Rovella, actual presidente de la UCR platense, y Oscar Negrelli, un ex “lilito” que ahora cumple el rol de secretario de Coordinación de la municipalidad de La Plata.
Guzmán, por su parte, se presentó en la lista de Franja Morada como candidato a vocal titular bajo el mandato de Luciano Manes, para las elecciones que se celebraron en los días 14, 15 y 16 de noviembre del 2001, cuando el país comenzaba a estallar en las llamas de la crisis más severa desde la vuelta de la democracia.
Allí compartió lista con Claudio Canosa, actual dirigente del rectorado de la UNLP, el comerciante Hugo Redolatti y el médico Augusto Patané. Como candidato, Guzmán supo defender lo que luego sería catalogado como uno de los peores presidentes de la historia argentina: Fernando de la Rúa.
Lo que ocurrió en el sinuoso trayecto recorrido por Batakis y Guzmán desde la convencida militancia en las huestes radicales hasta el desempeño de funciones con el kirchnerismo, un espacio ubicado prácticamente en las antípodas ideológicas, resulta un misterio para propios y extraños.
