Los subsidios a empresas deficitarias del Estado casi duplican el gasto social en AUH y Alimentar

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Según el analista Gonzalo Acuña, de las 33 empresas estatales, 27 generan pérdidas e insumen el 1,2% del Producto Bruto Interno, lo que deriva en mayor déficit fiscal, emisión monetaria y acelerada inflación. En Misiones, los casos emblemáticos son EMSA y Multimedios Sapem, que recibirán $4.700 millones y $2.400 millones respectivamente.

En su columna semanal “El Dato Económico” se abordó la problemática del déficit fiscal propiciado por los subsidios a empresas del Estado nacional, que actualmente cuenta con 33 firmas, de las cuales sólo 7 no son deficitarias y no reciben asistencia financiera.

Acuña ilustró este martes, algunos de los datos que se desprenden de información oficial sobre los subsidios del Estado a las empresas estatales y a la asistencia social, siendo la Tarjeta Alimentar y la Asignación Universal por Hijo (AUH), los programas que más partidas insumen. Y contrariamente a un imaginario social ideológicamente condicionado, las empresas del Estado insumen casi el doble de subsidios que el “gasto social”: 1,2% del Producto Bruto Interno (PBI), contra 0,5% (AUH) y 0,3% (Alimentar)

Los subsidios a las empresas deficitarias duplican “al gasto que tiene el Estado en la asistencia social. Es un rubro del gasto muy grande y a todos los analistas nos preocupa. Además (esos subsidios a las empresas) vienen incrementándose y son parte del desorden de las cuentas fiscales”, remarcó Acuña.

“No solo en planes sociales está desmesurado el gasto, sino también en los subsidios a las empresas del Estado”, insistió el analista.

De acuerdo con sus datos, de las 33 empresas del Estado actuales “27 son deficitarias. Hay algunas que tienen superávit, alcanzan para sus gastos operativos. Al ser superavitarias no reciben subsidios”, comentó Acuña, mencionando a Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) y Nucleoeléctricas Argentinas, como dos ejemplos de empresas que no recibirían subsidios.

En cuanto a las otras, las deficitarias, “que reciben subsidios del Estado, prestan servicios de energía en la zona de Capital Federal y GBA. Enarsa importa gas para darle a todas las provincias y es el gasto más grande, para que los bonaerenses no tengan que pagar una boleta muy abultada”, subrayó Acuña, poniendo de relieve que ese subsidio, lo pagan todos los contribuyentes del país con los impuestos.

La otra gran deficitaria es “Cammesa, la distribuidora de energía eléctrica”, detalló el analista.

Tomando un caso emblemático, Acuña reveló que “Aerolíneas Argentinas es un gran gasto de $90 mil millones. Recibe un subsidio que no reciben otras empresas privadas de competidoras. (En los pasajes de avión Aerolínea) tiene buenos precios porque los pagamos con los impuestos”, enfatizó.

Esta situación de altos subsidios hace que el Estado no alcance a cubrir sus gastos y “tiene que recurrir a la emisión monetaria lo que nos afecta a todos, por el aumento de la inflación”, advirtió Acuña.

En el orden provincial, también hay empresas estatales deficitarias y tales son los casos de EMSA y Multimedios Sapem. “En la misma línea que el Estado nacional EMSA es la que más recibe subsidios con $4.700 millones, presupuestados para 2023. Tenemos un Presupuesto provincial total de de $400 mil millones y $4.700 millones sólo es EMSA. Y Multimedios Sapem, que incluye Canal 12, Radio Provincia y otros medios, se lleva $2.400 millones”, sostuvo el analista.

Esas empresas estatales “dan trabajo”, pero surge “la pregunta: ¿conviene dar trabajo a través de las empresas del Estado y de los impuestos? ¿Por qué no dejamos que la generación de trabajo y pago de salarios se genere desde el sector privado y evitamos que tanto dinero pase por las manos de administración pública?”, planteó.

Consultado al respecto, Acuña aclaró que no está a favor de los despidos en las empresas estatales misioneras, sino en que “sean eficientes en la gestión. En vez de vivir de subsidios estatales ¿por qué no vende más publicidad? Y que dependan menos del Estado nacional. Si una empresa estatal es eficiente y no necesita subsidios, sería el escenario ideal”, planteó el analista.

Pero en la mayoría de los casos, las empresas estatales “no cumplen con su objetivo y dependen del dinero de los impuestos de los contribuyentes. Y el gran agujero negro en el gasto de las empresas del Estado está en el AMBA”, sentenció Acuña.

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