El Plan del Banco Central: ¿billetes de hasta 50 mil pesos?

0 0
Read Time:5 Minute, 11 Second

Actualmente el ejemplar de $2.000 perdió el 50% de su «poder de fuego» y advierten que es necesario aumentar la denominación. La inercia inflacionaria haría que el de $10.000 se quede corto en poco tiempo.

En un contexto en el que el billete de $2.000 ya perdió más del 50% de su valor, la nueva cúpula del Banco Central tiene bajo estudio la emisión de nuevos billetes de denominación mayor a los actuales.

Según trascendió, en el BCRA habría consenso de que las denominaciones indicadas serían de $20.000 y $50.000. Temen que si se opta por valores de $5.000 o $10.000, considerando el tiempo de producción, cuando salgan a la calle, la inflación ya habrá pegado en su poder de compra real, como ocurrió con el de $2.000.

El plan se haría sin afectar la base monetaria y manteniendo las metas de reducción de emisión y circulación. Esta noticia ya habría sido comunicada verbalmente por el presidente de la entidad monetaria, Santiago Bausili, a los bancos.

En esa línea, el plan de imprimir billetes de 100, 200 y 500 pesos con imágenes de próceres, para reemplazar a los animales, fue anulado. Solamente se avanzó con la impresión de papeles de $1.000, con la imagen de San Martín. El resto de los billetes no verán la luz.

El problema actual que sufre la economía argentina es que en siete meses se licuó más de la mitad del valor real del billete de máxima denominación. Para conservar el mismo poder de compra que tuvo cuando empezó a llegar a la gente y los bancos, el papel de $2.000 debería ser hoy en día de $5.000.

“Esto quiere decir que durante diciembre este papel de máxima denominación solo accede al 45% de una canasta de bienes y servicios del promedio que releva el Índice de Precios al Consumidos (IPC) nacional que se podía comprar en mayo pasado”, dijo a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.

Esto se debe a que el ritmo de inflación es acelerado desde inicios de año hasta el presente. Incluso, en noviembre el índice de precios al consumidor (IPC) fue de 12,8%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Y en base a proyecciones de economistas privados, para diciembre y enero se calcula que podría ser mayor al 25%, tras la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial mayorista que hubo por el salto desde los $366 hasta los $803 actuales, y su traslado a distintos precios de productos y servicios.

“Para enero próximo, las proyecciones relativamente pesimistas advierten que el billete de $2.000 podrá descender un nuevo escalón en su poder de compra, pudiendo estimarse que se adquirirá con este papel menos del 35% de la canasta que permitía alcanzar en mayo pasado”, resumió Méndez.

Vale cada vez menos

En resumidas cuentas, el billete de máxima denominación lanzado este año ya equivale a apenas 2,5 dólares al tipo de cambio oficial, y su poder de compra comienza a ser irrisorio para las transacciones cotidianas, debido a que se requieren varias de estas unidades para adquirir distintos bienes y servicios.

“Pueden darse casos particulares: por ejemplo, si uno concurriera a un supermercado líder, adquiriría solo el 25% de bananas de las que podía comprar en mayo pasado. O sea que, en este caso, la pérdida del poder de compra del billete más grande se ubica en torno al 75%. O bien, en el caso de un kilo de asado, la caída adquisitiva del billete es de 60%”, graficó Méndez a iProfesional.

Al mismo tiempo, un factor que atenta la posibilidad de poder cubrir con esta necesidad de utilizar más cantidad de unidades de $2.000 es que, justamente, es muy escaso el volumen de papeles de esta cifra que circula en la calle.

De acuerdo a datos del Banco Central, los ejemplares en homenaje a la ciencia argentina que circulan entre el público y los bancos son 295 millones, por lo que representan apenas el 3% de todos los billetes existentes.

Como dato a tener en cuenta, hoy la mayor cantidad de unidades que circulan son las de $1.000, debido a que acumulan en la calle más de 5.250 millones, que significan el 53% de todo el efectivo en circulación.

Billete necesario

billete - 5000 Pesos

En base a la inercia inflacionaria, y al escaso poder de compra que tiene el ejemplar de $2.000, varios son los economistas que están solicitando un billete de mayor denominación para favorecer las transacciones y logística de aquellos consumos que se están realizando con efectivo, como la compra en un supermercado, un restaurante u algún gasto cotidiano que requiere una cantidad notoria de pesos.

De hecho, un claro ejemplo es el límite de entrega de billetes que tienen los cajeros automáticos, algo que también genera que se vacíen en cuestión de horas y ya no entreguen cambio, debido a que las cuatro o cinco gavetas que poseen estas máquinas se las completa con las mayores denominaciones.

Otro efecto más de este contexto es que, prácticamente, en los últimos meses es muy baja la emisión de nuevas unidades de $200 y $500.

En resumidas cuentas, más allá que las autoridades prefieren fomentar la digitalización para las transacciones y la operatoria mediante los canales virtuales, con la finalidad de ejercer un mayor control fiscal y bajar el costo de emisión y de logística. También distintos actores económicos piden billetes “más grandes”.

Respecto a cuál es la denominación máxima necesaria para este momento, varios son los analistas que sostiene que ya se requieren papeles de $20.000 y $50.000. Incluso, algunos arriesgan cifras más altas.

“Los antecedentes de billetes emitidos entre finales del siglo pasado y el actual, marcarían que el billete de $100 tuvo en los años ‘90 una estricta equivalencia con el de US$ 100. Consecuentemente, si se quisiera reproducir aquél fenómeno, debería emitirse una unidad que multiplique por 50 al billete de mayor denominación de la actualidad, es decir, uno de $100.000”, concluyó Méndez.

Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %